viernes, 6 de noviembre de 2015

La falta de dólares nos pone frente a un campo minado

Panorama empresarial.Los empresarios temen por lo que hallará el próximo presidente: el Banco Central vacío, el país sin acceso inmediato al financiamiento externo y Brasil en recesión.

Los jefes de la Unión Industrial Argentina consideran, en su intimidad, que comenzó a activarse el plan “bomba” que armó Cristina Kirchner para dejarle una economía con un campo minado al próximo presidente.
En un documento secreto, la cúpula fabril reconoce que ya existen “reservas negativas” y que el ganador de las elecciones tendrá que salir a buscar fondos para robustecer en forma urgente al Banco Central. También admiten que la ausencia de los dólares necesarios que dilapidó Axel Kicillof condiciona el futuro nivel de actividad: por eso esperan un año con caídas en la producción. El trabajo advierte que la recesión de Brasil condicionará las medidas que adopte el futuro equipo económico.
El documento, de unas 20 carillas llenas de gráficos, presenta conclusiones de una magnitud y sinceridad que forzaron una decisión política: no se distribuyó ninguna copia y un único ejemplar quedó guardado en la UIA.
Lo evaluó la cúpula fabril el martes y la conclusión fue compartida por la gente que lidera Adrián Kaufmann Brea: el ganador del domingo 22 recibirá una pesadísima herencia económica por parte de Cristina. El temor central está vinculado a la ausencia de un insumo básico: la evaporación de los dólares, y a que la ausencia de reservas en el BCRA condicione el paquete de arranque del presidente.
El trabajo fue debatido en profundidad. Hablaron Cristiano Rattazzi, Daniel Funes de Rioja, Luis Betnaza, Juan Sacco y Miguel Acevedo. La exposición central estuvo a cargo del autor del documento: Diego Coatz, el jefe del Centro de Estudios de la UIA. El diálogo fue intenso y se expresó sin tapujos la verdadero opinión de los hombres de negocios. Por eso todos pactaron silencio y hermetismo. La habilidad de Kaufmann Brea permitió este diálogo sincero. El documento incluye conclusiones muy fuertes sobre la nueva “crisis externa” que generaron Cristina y Axel Kicillof:
– Ahora las reservas líquidas del BCRA son de solo 6.900 millones de dólares.
– Es un punto de arraque frágil, frente a las obligaciones del 2016.
– En estas reservas no están restadas los 7.000 millones de dólares de importaciones impagas.
– Si se cancelara esa deuda, las reservas reales líquidas que recibe el próximo presidente “serían cercanas a cero, o negativas”.
La cúpula de la UIA hace hincapié en que esta “evaporación” de las reservas, va a condicionar una decisión clave de Daniel Scioli o Mauricio Macri: la magnitud del ajuste cambiario que el próximo presidente se verá obligado a aplicar en diciembre. En el “paper”, la UIA dice que “el campo minado” que deja Cristina determina darle prioridad a fortalecer las reservas de divisas. El documento lo afirma sin eufemismos: el próximo año, el Presidente electo necesitará 24.000 millones de dólares.
Los candidatos fantasean con una “lluvia de dólares” por su propia elección. El agro podría liquidar en forma inmediata solo unos 4.000 millones.
Las autoridades del JP Morgan mantuvieron contactos con ambos candidatos y por escrito les trasmitieron que estarían dispuestos a hacer una multimillonaria colocación en favor de la Argentina. Se habló de 10.000 millones de dólares, similar a la colocación para comprar de YPF. Pero el JP Morgan condicionó esa emisión a la resolución de un problema: acordar la deuda impaga con los fondos buitre, cuestión que llevaría varios meses de ardua negociación.
La UIA también advierte que la “crisis” del frente externo tiene un condicionante: la situación de Brasil, cuya actividad fabril caerá un 7%, afectando las exportaciones argentinas.
Por eso los hombres de negocios proyectan el próximo año con una baja en la actividad económica.
En la intimidad, no comparten la visión ultra-optimista que exponen en campaña Daniel Scioli y Mauricio Macri.
Comprenden que forma parte del discurso para recolectar votos, y sostienen que el próximo presidente tendrá ventajas: el balotaje le permitirá llegar a la Casa Rosada con un fuerte consenso y con la libertad de utilizar todos los instrumentos para encarrilar la situación.
Varios dirigentes fabriles tienen simpatías por Daniel Scioli. Entre ellos Juan Lascurain y –con reparos– Juan Sacco.
Otros popes fabriles tienen su preferencia por Mauricio Macri, como Ratazzi, Funes de Rioja y Luis Betnaza.
Pero todos quieren ver cómo actuarán frente a la herencia y, en especial cómo manejarán políticamente el ajuste.
En ese encuentro de la UIA se conoció que Mauricio Macri –de ganar– irá con todo para provocar la remoción del directorio y de la cúpula del Banco Central.
Enrique Vanoli tiene una situación muy conflictiva después de la denuncia por malversación de fondos públicos por el bochornoso manejo del mercado de futuros.
Luego de la nota de Clarín –el viernes pasado– el propio Banco Central tomó medidas para tratar de minimizar el daño ya calculado en un quebranto mínimo de 30.000 millones de pesos.
Las transacciones realizadas no tienen marcha atrás. El fiscal Eduardo Taiano, que investiga la denuncia penal contra Vanoli, tendría decidido avanzar en la investigación e involucrar a todo el directorio en el negociado. La causa 12.152/15 fue abierta en la tarde del 30 de octubre por la denuncia de Federico Pinedo y Mario Negri.
El problema lo tiene inquieto a Kicillof. Fue Vanoli quien le trasmitió a Daniel Scioli lo que está dispuesto a contar en la Justicia: que fue el ministro el que dio la orden de llevar adelante las transacciones que permiten ganancias fabulosas a las multinacionales, la cerealeras y la banca extranjera.
Copyright Clarín, 2015.

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