8 ABR 2013 00:59h – Clarin
INUNDACIÓN Y POLÍTICA
En Capital y Provincia denuncian que la Nación les niega avales para que puedan tomar préstamos internacionales. Así, las licitaciones se demoran y varias obras públicas clave no se pueden realizar.
- Por GUSTAVO BAZZAN
- gbazzan@gmail.com
Bajo el agua. El déficit de obras de infraestructura pluvial en la Capital Federal se puso de relieve con las lluvias de la semana pasada. / REUTERS
MAS INFORMACIÓN
- El gasto en subsidios y personal creció el doble que la inversión
- Los costos ocultos del desendeudamiento
ETIQUETAS
A la desidia y mala gestión practicada por gobernantes de distintos niveles, que en los últimos años desoyeron consejos y planes concretos para encarar las obras contra las inundaciones, se suma una clara política oficial que entorpeció, demoró o directamente congeló cualquier avance en la materia.
El Gobierno nacional, a través del Ministerio de Economía y del Banco Central, interpuso diversas trabas que en los hechos impidieron que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o la Provincia de Buenos Aires pusieran en marcha las obras. En el mejor de los casos, obligaron a los respectivos gobiernos a tomar plata a un costo más alto para poder llevarlas adelante.
Lo descripto anteriormente es evidente en la ciudad que gobierna Mauricio Macri. La Nación l e negó o retaceó avalesal líder del PRO para que la ciudad se endeudara ante organismos multilaterales de crédito.
En el caso de la provincia que gobierna Daniel Scioli, se comprueba que el tesoro nacional la somete a un verdadero torniquete financiero. Más allá de la ineficiencia del gasto bonaerense, la Nación aún no decidió si le va a permitir tomar deuda por 18.000 millones de pesos, aunque la mayoría de esos fondos se van a ir en pagos a proveedores y en salarios.
Además, esta semana varios medios recordaron que el año pasado se desviaron fondos del área de recursos hídricos para financiar las obras de la mega muestra Tecnópolis.
En el caso de las obras en territorio porteño, el ministro de Hacienda de Macri, Néstor Grindetti, aseguró que, contrariamente a lo que circuló en las últimas horas, el Gobierno Nacional no avaló todavía a la Ciudad para que tome un préstamo de 130 millones de dólares para encarar las obras sobre el arroyo Vega.
“Lo único que hizo Nación fue solicitarle al Banco Mundial que incluya este préstamo, con carácter prioritario, en el cupo total que le corresponde a la Argentina”, sostuvo el funcionario porteño.
El problema, explicó Grindetti, es que el BM tiene congeladas las líneas por la falta de acuerdo con el Club de París y el CIADI. “Por eso el crédito no puede avanzar”, comentó.
De ahí que el año pasado, y este posiblemente también, la Argentina se convirtió en pagadora neta de deuda con los organismos multilaterales. Es más lo que devuelve que lo que pueda obtener con nuevos préstamos.
Además, ya son vox populi las quejas del BID y el Banco Mundial por la falta de ejecución de créditos ya otorgados, lo que desalienta el avance de nuevas solicitudes.
Las obras del arroyo Vega en la Ciudad de Buenos Aires vienen muy demoradas.
La licitación ya fracasó una vez. Se habían concursado hace cinco años y las había ganado la empresa brasileña Andrade Gutiérrez asociada a Vialco. Traían financiamiento del Banco de Desarrollo de ese país (BNDES), pero el Banco Central no dio los avales para gestionar dichos créditos. Es decir que la obra se atrasó al menos cuatro años. Ahora se están reescribiendo los pliegos, pero no se sabe cuándo se podrá adjudicar.
Grindetti explicó que la situación de las obras para el arroyo Medrano es todavía más complicada, porque debería ser encarada en conjunto con la provincia de Buenos Aires.
Por la falta de avales del Banco Central tampoco puede avanzar la compra de coches para la línea H del subterráneo.
Pero aún cuando afloja el puño, el Gobierno de Cristina Kirchner mantiene los obstáculos.
Un ejemplo es lo que ocurrió con un préstamo que la ciudad de Buenos Aires tomó a través de AUSA, la empresa que administra las autopistas porteñas. Consiguió 130 millones de dólares del BID para diversas obras viales en la ciudad. Pero el préstamo debió tomarse por la denominada “ventanilla privada”, que es por donde el BID les presta a las empresas.
El crédito se entregó a una tasa del 7% y a un plazo de 10 años. Si la ciudad se hubiera presentado al BID con el aval de la Nación, la tasa caía al 3% y el plazo se estiraba a 20 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario