POR LEONARDO MINDEZ – CLARIN
La inversión en esa área se frenó en todo el país. A La Plata no llegó dinero para obras como castigo a Bruera.
Repartidor. El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, es quien reparte obras a intendentes “leales”. /DYN
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09/04/13
Corría 2009 y Néstor Kirchner juró venganza contra Pablo Bruera. El intendente de La Plata se había cortado solo y repartido su boleta separada de la que llevaba al ex presidente como candidato a diputado. Tras la derrota del Frente para la Victoria, Kirchner ubicó al platense en el bolsón de los traidores y Bruera se sumó al grupo de los ocho intendentes distanciados del kirchnerismo que lideraba Sergio Massa.
El gobierno nacional cortó el flujo de dinero a La Plata. Hacia fines de aquel año, cuando se lanzó el Plan Argentina Trabaja, la capital bonaerense no recibió ni un sólo cupo. También por entonces quedó congelado el plan de obras para el Arroyo del Gato que drena el 75 por ciento del agua de la ciudad. Nadie se acordó más del tema. Hasta el martes pasado, cuando llovieron casi 400 milímetros y los alrededores de ese curso de agua en Tolosa, Ringuelet y el norte de La Plata se convirtieron en ríos correntosos que se llevaron al menos 51 vidas.
A fines de 2007, profesores de la Universidad Nacional de La Plata Pablo Romanazzi y Arturo Urbiztondo habían entregado al entonces flamante intendente platense el trabajo “Estudios hidrológicos, hidráulicos y ambientales en la cuenca del Arroyo del Gato”. Allí recomendaban una serie de obras en la cuenca que incluye los partidos de Ensenada y La Plata.
“De acuerdo a la ley provincial, nosotros no podemos tomar ninguna decisión sobre la cuenca hídrica sin la autorización de la Provincia”, se atajaba ayer una fuente del municipio, donde están a la defensiva. Sienten que la Casa Rosada apunta al intendente cómo único responsable de la tragedia.
Tras la inundación de febrero de 2008, Bruera inició conversaciones con la entonces ministra de Infraestructura, Cristina Alvarez Rodríguez, para transformar aquel trabajo académico en un proyecto ejecutivo. En enero de 2010, el gobierno de Daniel Scioli recibió la propuesta de la consultora en ingeniería hidráulica ABS. El presupuesto total de las obras, al que tuvo acceso Clarín, era de 770 millones de pesos.
El trabajo constaba de cuatro etapas sobre la cuenca del arroyo del Gato. Un derivador del arroyo Pérez por calle 142 cotizado en 102 millones de pesos; otro derivador por calle 131 (200 millones); descargas aguas abajo desde la calle 17 por un total de 223 millones y obras en desagües del casco urbano de las calles 25, 11 y 5 que vierten sus aguas en el arroyo (245 millones).
Y ahí se frenó todo. “ Nunca tuvimos financiamiento para este proyecto, como para tantas otras obras de infraestructura que se van haciendo de a poco en la Provincia cada vez que aparecen fondos ”, explicaba ayer una fuente del gobierno bonaerense.
Con todo, La Plata no fue la única perjudicada en obras que podrían haber mitigado el impacto de las inundaciones. De acuerdo a un estudio de Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) en base a datos del Ministerio de Economía y la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), l a inversión del Gobierno nacional en programas para mitigar inundaciones urbanas se redujo a la mitad durante el gobierno de Cristina Kirchner.
En el Presupuesto Nacional hay tres programas para paliar los desastres por tormentas: el de recursos hídricos, el de apoyo para el desarrollo de infraestructura urbana (que contempla desagües pluviales) y el de atención del Estado en emergencia por inundaciones.
Entre 2007 y 2012, el presupuesto destinado a estos tres programas se redujo de 861 millones de pesos a 411 millones (según precios actualizados a 2012). “En el mismo período, los subsidios otorgados a Aerolíneas Argentinas pasaron de un millón a $4.120 millones a precios del 2012”, indica el crítico informe de IDESA.
Especialistas hídricos consultados por Clarín coinciden en que nadie imaginó nunca una lluvia de la magnitud que cayó en La Plata la semana pasada (más del doble que el agua caída en la inundación de 2008) y que ninguna obra hubiese impedido totalmente los anegamientos. Pero todos admiten que las obras sobre la cuenca del arroyo del Gato hubiesen ayudada a que el agua escurriese más rápido y las víctimas fuesen menos.
En el municipio admiten la responsabilidad en la falta de control de la edificación sobre las márgenes del arroyo. Y reconocen que le será difícil a Bruera levantar su imagen luego del patético tuit en el que aseguró estar recorriendo centros de evacuados mientras aún estaba descansando en Brasil. Pero se resisten a cargar con todas las culpas.
“Estas obras enormes sólo se hacen con financiamiento nacional o créditos internacionales a los que nunca tuvimos acceso”, se defienden. El viernes pasado Bruera se reunió con Julio De Vido.
Hubo promesa de obras. Pero un rato después, Cristina Kirchner anunció por cadena nacional que auditaría lo realizado por el intendente en los últimos años..
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