POR MARCELO BONELLI-Clarin
El alza de precios proyecta un salto en el índice anual del 24 al 27 % y muestra la ineficacia del congelamiento de precios. Preocupación en la Casa Rosada y cautela en la UIA.
“Los tengo en un puño”. Polémico secretario de Comercio, Guillermo Moreno /NESTOR SIEIRA
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22/02/13 Clarin
Guillermo Moreno enfrenta un serio problema político: el congelamiento de precios no funcionó en las primeras semanas de vigencia y la inflación real para febrero ya se proyecta por encima del 1,2 %. Las perforaciones iniciales que acusó el sistema endurecieron la posición del funcionario y, en caso de que el problema persistiera, el Gobierno tiene una decisión tomada: salir a culpar a empresarios e industriales por la inflación.
En la primera semana de febrero hubo fuertes remarcaciones preventivas en los alimentos. En la segunda, existió más estabilidad, pero siguieron las filtraciones. Así surge de un informe que manejan las principales entidades empresarias, en el que se detallan los desvíos que tuvo el congelamiento. El trabajo, en poder de la UIA y de ADEBA, confirma que los ajustes siguieron en alimentos y bebidas y que aumentaron todos los servicios para el funcionamiento del hogar.
La presunción del documento reservado es que Moreno hizo la vista gorda con esas remarcaciones, para generar un colchón de precios que le facilite a los supermercados extender el congelamiento.
Ese “pacto” favorece la presentación final del acuerdo, pero perjudica a los trabajadores.
Ya durante la primera semana de febrero los comestibles fueron retocados en promedio un 1,8 % sobre la última de enero. Los productos que más subieron tienen fuerte incidencia en la canasta familiar: cortes de carnes, pan, pastas, lácteos, azúcar, infusiones, las bebidas no alcohólicas y las comidas fuera del hogar. En promedio, las frutas aumentaron un 6 %, las carnes un 3 %, los lácteos un 2 % y las infusiones como la yerba un 3,5 %. Solo bajaron las verduras.
El comportamiento de los precios en enero y esta imprevista suba de febrero, proyectan un salto en la inflación anualizada del 24 al 27 %.
Moreno se exasperó con estos datos y eso se reflejó en el apriete a los gobernadores: “Tienen que tener tolerancia cero”. La Casa Rosada ya elaboró una estrategia política, por si fallan las maniobras del secretario de Comercio: ha decidido hacer la campaña electoral responsabilizando a empresarios e industriales de la inflación.
Pero la estrategia incomoda al propio Moreno, por una sencilla razón: desde el 2007, él es quien controla los precios de los formadores de costos y autoriza ajustes cada trimestre o semestre.
En otras palabras: salir a atacar a los empresarios, equivaldría a reconocer en la interna de la Casa Rosada su propio fracaso para contener la inflación.
Lo dijo en una reunión secreta con la CGT oficial, cuando intentó -sin éxito- obligarlos a aceptar una pauta salarial del 20 %. Moreno refutó un diagnóstico severo de Antonio Caló sobre la escalada inflacionaria. Le dijo: “A todos los formadores de precios los tengo controlados y ninguno aumentó mas del 10 % en el año”. Y remarcó: “Los tengo en un puño y yo soy el que le digito el precio a Techint, Arcor, Aluar, Ledesma y demás alimenticias”.
En la COPAL ya se trató el tema y decidieron un perfil político bajo. No quieren exponerse a ser “chivos expiatorios” del fracaso en el ensayo oficial. Sin demasiadas vueltas, Daniel Funes del Rioja, su titular, se lo confió a la cúpula fabril: “Por ahora no vamos a sacar los pies del plato.” Los “popes” de la Unión Industrial Argentina tratarán el tema el próximo martes. Sostienen que el congelamiento no es ningún antídoto contra la inflación y sólo se trata de un inadecuado paliativo. Ignacio de Mendiguren repite, en privado, un eslogan de moda en el mundo empresario: ningún congelamiento terminó bien, y peor es el resultado si continúa en el tiempo.
Pero la UIA tampoco va a exponer sus críticas, aunque insistirá en que la Casa Rosada debe corregir los desajustes macroeconómicos que generan la inflación: la excesiva expansión monetaria, el déficit fiscal y una errática política cambiaria. Para la central fabril, la falta de un valor creíble del dólar atenta contra el rumbo de los precios. Sostienen queun dólar que el Banco Central no puede controlar genera mucha inestabilidad.
La UIA entra ahora en un proceso electoral. Un grupo mayoritario de dirigentes le ofreció la reelección a De Mendiguren. Pero el actual jefe de los industriales, comunicó que prefiere dejar el cargo y que se cumpla la alternancia pactada por los agrupamientos internos de la central fabril. Así, los candidatos que surgen de la lista “Celeste y blanca” son Miguel Acevedo, Juan Sacco y José Urtubey.
Acevedo tiene fuerte consenso, pero duda por la exposición política del cargo. Le reconocen una destacada gestión empresaria e incluso lidera cámaras sectoriales, como la de Comercio entre Argentina e Irán.
Las empresas que exportan a Irán están muy pendientes del polémico acuerdo diplomático. Podrían aumentar sus ya jugosos negocios, que suman 1.800 millones de dólares.
El eventual acuerdo político por la AMIA beneficiaría indirectamente a los actuales exportadores.
Se trata de grupos empresarios que el gobierno censura y desdeña en público: AGD, Bunge. Nidera, Vicentín, Dreyfus, Cargill, Techint y Molinos.
El doble discurso económico oficial también afecta la relación con Brasil. A instancias de la UIA, hubo un acercamiento político entre Cristina Kirchner y Dilma Rousseff. Pero el tercer encuentro, programado para enero, fue postergado sin fecha por Brasil, molesto a causa de ciertos compromisos incumplidos por la Casa Rosada. Una Casa Rosada pendiente del fallo de Nueva York por los fondos buitre. Habría un dictamen dividido: la Corte le daría la razón de fondo a quienes pleitean, pero atemperaría la aplicación de la medida dispuesta por Thomas Griesa contra la Argentina.
Copyright Clarín, 2013.
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