POR ELEONORA GOSMAN-Clarin
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SAN PABLO. CORRESPONSAL - 06/02/13
Después de las rebajas en las tarifas de luz, para consumidores y empresas, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, confirmó ayer una nueva medida para frenar una presión alcista de los precios. En entrevista con medios radiales del estado de Paraná, dijo que su gobierno va a eliminar las cargas tributarias federales que pesan sobre los productos de la canasta básica.
La mandataria aclaró que Brasilia debe primero reformular la canasta básica antes de poner en vigencia esa desgravación impositiva. “La actual está desactualizada”, subrayó, ya que hay productos nuevos que deben ser incluidos.
El objetivo de Dilma, tanto con la reducción del precio del servicio eléctrico como con la desgravación de los bienes básicos para la población, es combatir un proceso inflacionario incipiente.
La jefa de Estado enfatizó la preocupación gubernamental sobre ese tema. “Nosotros no nos vamos a descuidar ni un sólo momento, bajo ninguna circunstancia”, aseguró. Con los recortes de las tarifas eléctricas y la disminución de los impuestos, el gobierno deberá hacer frente a un menor ingreso. Pero este podría ser compensado, según el equipo económico brasileño, con una mayor actividad económica que genere los ingresos faltantes.
“Siempre me preocupo y me ocupo de la economía. Y vamos a continuar con las medidas que estimulan inversión, producción y empleo”, insistió la presidenta.
Para Dilma, los ajustes introducidos en los combustibles, que en promedio registraron un aumento de 4% a comienzos de la semana, no deben impactar en la inflación. Según la presidenta, esa suba es muy inferior a la disminución de la tarifa de energía eléctrica, que entró en vigencia hace pocos días y que en promedio se redujo 18% para los hogares y 32% para las industrias.
Sostuvo que la inflación no estará, como dijeron algunos economistas, en 6,5% anual. “Está alrededor de 5,8%. Y desde que se adoptó el régimen de metas de inflación está entre los valores inflacionarios más bajos”, afirmó.
En cuanto al aumento de las naftas, la presidenta lo justificó por el impacto del mercado internacional. “El gobierno brasileño, como todos los gobiernos del mundo, quieren controlar la volatilidad del precio de los combustibles. Es decir, que no haya grandes fluctuaciones. Pero en este momento es inevitable el ajuste, porque de lo contrario Petrobras registraría grandes pérdidas”, justificó.
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