miércoles, 6 de enero de 2016

La nostalgia de aquellos Reyes

La nostalgia de aquellos Reyes

Pasiones argentinas.Silvia Fesquet

No sé exactamente en qué momento ocurrió, cómo fue que se produjo la mutación. Porque durante muchos años, el reinado indiscutible era de ellos. Y si bien es cierto, como recuerdan los memoriosos, no sin nostalgia, que había una visita obligada, cada diciembre, a esos maravillosos salones de Harrod’s y Gath&Chaves (grandes tiendas por departamentos, versión sesentista criolla de los actuales shoppings), para saludarlo a él, Papá Noel, tan obeso, tan rotundo y de barba tan blanca como hoy en día, no es menos cierto que más allá de cumplir con la formalidad de la cartita de deseos, lo que había en la mañana del 25, al pie del árbol, era una expectativa módica por los paquetes a encontrar.
Y no se trataba de una cuestión de presupuesto: para los chicos de entonces, lo que contaba era la noche del 5 de enero. Esa era la noche que se robaba la magia, la ansiedad y también el sueño, literal y metafórico. ¿Cuántas madrugadas en vela cargarán en sus espaldas los que hoy andan por los 40 y pico y más, espiando debajo de las sábanas la llegada de ellos, los Reyes? Esos misteriosos Magos que habían llegado a Belén con sus ofrendas de oro, incienso y mirra.
Esos Reyes Magos para los que se alineaban los zapatitos y que obligaban a preparar pasto y agua para saciar la sed de sus cansados camellos. De a poquito, y casi sin que nos diéramos cuenta, la mágica monarquía se fue devaluando y en su lugar, Papá Noel se robó el protagónico y se adueñó de la fiesta. Y no hay tribunales donde dirimir causa semejante.
Silvia Fesquet
sfesquet@clarin.com

No hay comentarios: