Volando hacia la Nochebuena
asiones argentinas.Horacio Pagani
Es larga la pasión y corto el espacio. Verdad periodística. Este cronista viajó mucho por el mundo en diversas coberturas. Pero hay una que lo marcó. Y lo llevó -incluso- a dos congresos médicos para explicar el comportamiento del organismo cuando hay cambio brusco del huso horario. El 16 de diciembre de 1995 el Zurdo Vásquez iba en busca de la recuperación de su título superwelter AMB. Nevaba en Filadelfia. Y la temperatura andaba siempre bajo cero. El Zurdo ganó en el asalto 11 con un nocáut milagroso. El cronista viajó en remís hasta el Aeropuerto de Newark (130 km) el 17 a la mañana, para tomar un vuelo que lo llevara a Tokio. El 19 defendía el Roña Castro su cetro de los medianos AMB. La diferencia horaria era de 14 horas entre Nueva York y Tokio. Iba a llegar el 18, un día antes. Pero no salió el vuelo. Y hubo que esperar un día en un hotel de Newark. Partió el 18 y llegó el 19 a la mañana al Aeropuerto Narita, que está a casi 70 km del centro de Tokio. Hora y media de lento bus. Fue directo al estadio Korakuen Hall y dejó el equipaje en el vestuario. Perdió el Roña por puntos ante Shinjiu Takehara. Sin cena, por el abismo horario hubo que escribir en la madrugada. El vuelo de regreso salía el 20 a la noche. No salió. Hotel en Narita hasta la mañana siguiente. Ya era 21. Vuelo a Nueva York: 12 horas. La combinación, perdida. Doce horas de espera. Viaje en taxi a Manhattan con los pies congelados (10 bajo cero). Vuelta al Aeropuerto Kennedy: 11 horas hasta Buenos Aires. El cronista llegó el 22 de diciembre y ya no sabía cuándo era Nochebuena.
Horacio Paganihpagani@clarin.com
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