Enamorados del WhatsApp
Pasiones argentinas.
Pensamos que era el asado, el fútbol y la ronda de mates. Pero no. Los argentinos tenemos otra pasión, más moderna, más acorde a los nuevos tiempos. Lideramos en el campeonato del WhatsApp, según lo indican diversas investigaciones de consultoras especializadas. Detectaron que desde estas Pampas, Mosopotamias y Patagonias salen una enorme cantidad de mensajitos. Ya estamos entre los diez países que más usan el mensajero.
No hace falta ser un genio para darse cuenta cuál es el secreto de este éxito nacional: los grupos de amigos en WhatsApp. Desde que están, hace un par de años, no paramos de crearlos y de participar. Metemos chiste a toda hora, imágenes animadas, memes y mensajitos de voz. Todo vale para sorprender, para generarle una sonrisa al otro.
Por ahí andan quienes viven “ninguneando” a las nuevas tecnologías. Desde los más académicos, que nos advierten sobre los peligros que se yerguen sobre la cultura letrada. ¿Acaso no es por el celular que los chicos ahora leen menos? ¿Eh? También están los que creen que la comunicación online es sólo el gorila que acuna a los gatitos y otras imágenes “virales”. Pura banalidad, dicen. Pero es mucho más. Se me ocurre que, más allá de alguna que otra rabieta virtual, los argentinos encontramos en WhatsApp una forma de estrechar los vínculos, de hacernos más amigos, y de ayudarnos cuando es necesario. Quizás justo lo que estábamos necesitando. Todavía nadie inventó una grieta para esta nueva forma de decirnos y expresar que nos queremos.
Ricardo BraginskiNo hace falta ser un genio para darse cuenta cuál es el secreto de este éxito nacional: los grupos de amigos en WhatsApp. Desde que están, hace un par de años, no paramos de crearlos y de participar. Metemos chiste a toda hora, imágenes animadas, memes y mensajitos de voz. Todo vale para sorprender, para generarle una sonrisa al otro.
Por ahí andan quienes viven “ninguneando” a las nuevas tecnologías. Desde los más académicos, que nos advierten sobre los peligros que se yerguen sobre la cultura letrada. ¿Acaso no es por el celular que los chicos ahora leen menos? ¿Eh? También están los que creen que la comunicación online es sólo el gorila que acuna a los gatitos y otras imágenes “virales”. Pura banalidad, dicen. Pero es mucho más. Se me ocurre que, más allá de alguna que otra rabieta virtual, los argentinos encontramos en WhatsApp una forma de estrechar los vínculos, de hacernos más amigos, y de ayudarnos cuando es necesario. Quizás justo lo que estábamos necesitando. Todavía nadie inventó una grieta para esta nueva forma de decirnos y expresar que nos queremos.
rbraginski@clarin.com
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