Mirar la vida desde una bici
Pasiones argentinas.Laura Haimovichi
Miles de ruedas empezaron a girar por aquí en los últimos años. De hecho, la máquina andante -como la llamó el alemán Karl Drais, quien la inventó en 1817- se convirtió en uno de los mayores fenómenos urbanos, no sólo de Buenos Aires sino de la mayor parte de las grandes ciudades de la Argentina. Y esta explosión, de progresión geométrica, ocurrió hace apenas un puñado de años. El uso creciente de la bici está mostrando que se puede evitar la rutina del fatigoso camino urbano de cada día. “La liviandad, el pedaleo, el equilibrio y no tener techo producen un estado alterado de conciencia”, dice Juan Carlos Kreimer, autor del libro Bici-Zen. Y aunque es difícil imaginar a los ciclistas criollos meditando mientras pedalean por las agitadas metrópolis del país, es posible acariciar esa sensación cercana al estado alfa al montar una bicicleta. Arboles antiguos, clubes de barrio, gente sin prisa, chicos que juegan, enamorados que se besan, pueden ser algunas de las infinitas y bellas estampas con las que uno se topa durante el recorrido. Mejor, sin auriculares, con sonido directo al mundo real.
Aunque suene a utopía, andar en bici tiene lugar y es una de esas excepciones que confirman la idea de que se puede vivir mejor aquí y ahora, no hace falta tiempo ni dinero extra, mejora el estado de ánimo y del cuerpo, provoca un estado de alerta, mayor libertad y mejor relación con el prójimo.
No se trata de impugnar otros medios de traslado, pero la opción de la bici cambia el camino. Y acaso pueda cambiar el destino.
Laura HaimovichiAunque suene a utopía, andar en bici tiene lugar y es una de esas excepciones que confirman la idea de que se puede vivir mejor aquí y ahora, no hace falta tiempo ni dinero extra, mejora el estado de ánimo y del cuerpo, provoca un estado de alerta, mayor libertad y mejor relación con el prójimo.
No se trata de impugnar otros medios de traslado, pero la opción de la bici cambia el camino. Y acaso pueda cambiar el destino.
lhaimovichi@clarin.com
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