POR MARCELO BONELLI – Clarin
La incapacidad de gestión que se evidencia frente a los graves desajustes macroeconómicos está provocando un parate en la actividad productiva y una merma del consumo.
Contra los parches. José Ignacio de Mendiguren un año atrás, en San Pablo. / A.SANTA CRUZ
10/05/13 – Clarin
Guillermo Moreno aprovechó la intimidad de una reunión para confesar: “Hablan de blanqueo voluntario, pero yo voy a obligar a los banqueros a que traigan los dólares.” Mencionó a su archienemigo Jorge Brito, a quien tildó de “traidor a la patria”, y contó una electrizante idea que ronda en su despacho. Así lo expuso: “ Si los fondos del blanqueo no son suficientes, entonces vamos a emitir igual los CEDIN, aunque no tengan un respaldo total en dólares.” Esta información recorrió ayer la city porteña y erizó a los banqueros. Se trataría de una peligrosa fórmula de Moreno para emitir dólares en Argentina, emulando a Domingo Cavallo.
El secretario de Comercio sostuvo después: “Así es como vamos a hacer bajar el dólar blue.” Su brutal confesión refleja que el Gobierno está dispuesto a todo para domesticar al paralelo que igual siguió ayer en los 10 pesos.
El temor que causó Moreno fue similar al que provocaron las huecas y contradictorias explicaciones de los funcionarios en el Parlamento.
Axel Kicillof dejó de lado el pregón de la pesificación y ahora, en un tedioso discurso, dijo que “no hay que tratar como asesinos a los que poseen dólares.” En cambio, Mercedes Marcó del Pont arrancó con que “fue una decisión estratégica no dejar que se atesore en dólares.” Tamaño barullo intelectual confirma entre los hombres de negocios una convicción: no existe en el Gobierno la menor intención de reconocer el actual deterioro económico y Cristina Kirchner no está dispuesta a atacar los desequilibrios macroeconómicos. Tampoco el “quinteto oficial” tuvo un mínimo de autocrítica y pasó por alto que el desborde del dólar se debe a su continua “mala praxis”.
El blanqueo le dio partida de defunción al discurso épico de la pesificación. La búsqueda de fondos para YPF, refleja el fracaso y las falacias de la dupla Miguel Galuccio-Doris Capurro sobre los acuerdos de inversión y financiación de la petrolera estatal.
Por eso, los hombres de negocios temen por el autismo de la Casa Rosada. Ignacio De Mendiguren expresó, en público, la conclusión de los industriales en una reunión privada: el plan económico está agotado y el Gobierno sólo utiliza atajos para tratar llegar a las elecciones.
El titular de la UIA trató de suavizar las duras expresiones de los caciques fabriles. Y aunque tiene diálogo con la Presidenta, dijo. Dijo: “Basta de parches. Hay que replantear el modelo.” Se refirió a que Cristina Kirchner modificó los postulados económicos que Néstor Kirchner aplicó con éxito hasta el 2007.
El encuentro congregó a dirigentes de la UIA y hubo consultas con la Asociación de Bancos Argentinos y con AEA. En esos contactos, las señales de alerta fueron concluyentes: el descontrol cambiario está generado un parate fuerte e imprevisto en la actividad productiva.
Ayer se conoció un informe terminante de la UIA: en el primer trimestre la industria cayó un 1,7%, a pesar del repunte automotriz. Desde febrero, en los supermercados y los shoppings las ventas también caen, una verdad que se oculta por el pacto político contra los consumidores que tejió Moreno con los jefes de las multi de supermercados: entre ellos, Carlos Mechetti (Cencosud), Osvaldo Mosteirin (Wal Mart) y Carlos Velasco (Carrefour).
El temor de los hombres de negocios es que, a causa de los desaciertos de la Casa Rosada, la economía entre en recesión.
También recuerdan que la Alianza eludió la realidad y nunca reconoció ni abordó la crisis que luego derivó en problemas mayores. En concreto, la dirigencia empresaria opina: –Que existe una grandesorientación en la Quinta de Olivos para controlar la economía.
–Que el Gobierno no quiere admitir la realidad y eso puede generar costos muy elevados en la actividad económica. No aumenta el consumo y tampoco se crea trabajo.
–Que el descontrol cambiario, que el Gobierno no aborda, provoca pérdida de actividad y caída abrupta de inversiones.
–Que el dólar blue sin techo provoca expectativa de inflación y devaluación. El atraso del oficial perjudica a las economías regionales, la industria y al mediano productor del campo.
–Que el blanqueo es un parche y parece un traje hecho a medida de varios empresarios kirchneristas que se enriquecieron en la década.
–Que la toma de decisiones solitarias en Olivos refleja la crisis del sistema de gestión del Gobierno.
–Que, entre otros, Julio De Vido, Carlos Tomada, Nilda Garré, Florencio Randazzo y Hernán Lorenzino quieren dejar sus cargos, y por eso pretenden ser candidatos en las elecciones.
–Que Brasil y Estados Unidos enviaron mensajes a la Casa Rosada.
En Washington y Brasilia tendrán tolerancia cero con los desplantes de Cristina. Los hombres de negocios tampoco ven con buenos reflejos a la propia Presidenta.
En la central fabril se comentó mucho un grosero desliz de Cristina, que ocurrió el martes cuando participó de la inauguración de Fiat. Ahí volvió a ponderar y a poner como ejemplo a la fábrica de válvulas de José Luis Basso. La firma modelo exportaba a todas las terminales del mundo e incluso a Ferrari. Fue durante la campaña electoral del 2007 que Cristina, entonces candidata, la puso como un “leading case” fabril a imitar.
Pero ahora la realidad canta otra cosa y Basso es víctima de las propias políticas del Gobierno. El atraso cambiario y la inflación le hicieron perder en poco tiempo rentabilidad y mercados. Tanto, que la firma de Rafaela tuvo que recurrir a un recurso extremo: entró en el plan Repro (Recuperación Productiva) del Ministerio de Trabajo, para poder pagar salarios.
Copyright Clarín, 2013.
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