POR SILVINA HEGUY Clarin
El flamante vicepresidente eligió Buenos Aires como primer punto de su gira en la región.
Ultima escala. El vice chino, Li Yuanchao junto al canciller venezolano, Elías Jaua (derecha), ayer en Caracas./EFE
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MÁS14/05/13 Clarin
Guanxi significa en mandarín “relaciones personales de mutuo beneficio”. El domingo, ante el fin de la gira del nuevo vicepresidente chino a Buenos Aires, dos empresarios mencionaron el término para hablar sobre el futuro de la relación bilateral. La visita oficial a Argentina es la primera de este líder, que representa la nueva generación del Partido Comunista frente a la segunda potencia mundial. Argentina fue también el primer país de América latina al que llegó una delegación de primer nivel del gobierno que entró en funciones hace dos meses.
“Los gestos de China hay que saber interpretarlos”, explicó a Clarín Ernesto Fernández Taboada, de la Cámara de Comercio Argentino- China. “Que Argentina sea el primer país en visitar en la región se inscribe dentro de la política exterior de China que busca profundizar su relación con América latina y en el que Buenos Aires puede ser clave”.
Li Yuanchao llegó a Buenos Aires el viernes pasado invitado por su par argentino, Amado Boudou. Se reunió también con Cristina Kirchner y firmó cinco documentos para cooperar en aéreas agrícolas; para laventa de caballos de polo; para asistencia a la Facultad de Económicas e Ingeniería de la UBA y un tratado de extradición.
El país asiático ya es el segundo socio comercial –después de Brasil- de Argentina y ocupa el tercer puesto en inversiones extranjeras.
La “relación de socios estratégicos” entre Buenos Aires y Beijing surgió en 2004 con Néstor Kirchner y Hu Jintao. Este vínculo sepotenció en los últimos meses con las exportaciones agrícolas -con la soja y sus derivados en primer lugar-, con el avance de una compra directa de trenes chinos para el área Metropolitana por más de 1.000 millones de dólares y la llegada del banco chino ICBC.
En lo político el vicepresidente Li, durante su visita, renovó “el apoyo sobre los reclamos soberanos argentinos sobre las Islas Malvinas” y agradeció “la adhesión argentina al principio de una sola China”, que deja de lado los reclamos independentistas de Taiwán y el Tíbet.
En América Latina, a Argentina y Venezuela se los señala como los dos socios para potencializar esa mayor presencia regional china. El vicepresidente Li ayer comenzó su visita a Caracas y es ésta su última escala de la gira. Pero “mirar la relación sólo desde lo comercial, es mirar al mundo por el ojo de cerradura”, graficó a Clarín Carlos Moneta, especialista en relaciones con China. “En general al no tener una visión integral se subestima su rol en Asia y no se tienen en cuenta las otras dimensiones de cooperación.” Para el experto esta falta de conocimiento, reduce las posibilidades de intercambio. “La relación es buena, ahora hay que enriquecerla”, asegura y da un ejemplo: “Llegó al país un banco chino de primer nivel y ante el problema con los dólares, ¿alguien está estudiando una posible solución con el yuan (la moneda china)?”.
Fernández Taboada también apunta como debilidad argentina el aprovechamiento de posibilidades. Existen problemas de restricción de importaciones de bienes chinos, pero cómo se hace para exportar más, plantea como interrogante. Para el empresario también es fundamental comprender en profundidad al país. “En Argentina, las grandes empresas ya hacen negocios con China el desafío es que las PyMES puedan vender a alguno de los 1.360 millones de chinos. Pero para cerrar negocios hay que ir varias veces, y es un viaje caro para una PyME”, dicen desde la Cámara. Y las relaciones personales de confianza -“Guanxi”- son fundamentales para concretar negocios, advierten. La broma es que a China no se puede mandar negociadores débiles. Entre el código de etiqueta de los negocios figura el “aguantar” largas comidas y la gran cantidad de ‘baijou’ -aguardiente de 54 grados- que se debe tomar para cerrar un trato.
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