lunes, 15 de febrero de 2016

La cara más dolorosa de la inflación

La cara más dolorosa de la inflación

El color del dinero



En una de sus visitas a Buenos Aires, el escritor Manuel Vicent observó sorprendido cierta indiferencia hacia los chicos de la calle: “En este país los pobres parecen invisibles”, dijo. Para Daniel Arroyo, experto en políticas sociales, muchos hacen la vista gorda sobre una situación que ya es inadmisible. Arroyo llama la atención sobre el deterioro de los últimos cuatro meses. Lo atribuye a tres motivos: el alza de los alimentos antes y después de la devaluación, el parate de la construcción y de la obra pública y la pérdida de empleo, tanto en el sector público como en el privado.
Arroyo distingue en el universo de los pobres, a los vulnerables. Son los que dependen de las changas para llevar un plato de comida al hogar. Todos forman parte de esas 8 millones de personas que reciben planes. Y aclara: “No observo una explosión, sí una descomposición”. En su visión, el Gobierno atiende la pobreza extrema, la indigencia, la situación de las comunidades aborígenes. Claro que en una Argentina con 28% de pobres es insuficiente.
Director flamante del Banco de la Provincia de Buenos Aires y figura del espacio de Sergio Massa, Arroyo insiste en que la oposición debe ser responsable, racional y ayudar a que al gobierno de Mauricio Macri le vaya bien. Así, propone una hoja de ruta que incluya, además de eliminar el IVA a los alimentos y aumentar la Asignación Universal por Hijo, ahora en $ 966, generar el derecho al primer empleo. Eso implica que el Estado se haga cargo del 75% del sueldo mínimo de los jóvenes que ingresan a una empresa, al menos durante un año.
También, que la gente que ya tiene planes, los conserve por 24 meses si accede a un trabajo. Y un programa de créditos especiales para la compra de herramientas para ese tercio de los trabajadores que están en negro y que son gasistas, carpinteros, plomeros, peluqueros o pequeños emprendedores. ¿Lo tomarán en cuenta?

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