domingo, 7 de febrero de 2016

Financiamiento obligado ¿ . . . ?

Economía deberá financiar este año el 10,3% del PBI

De cumplirse las metas oficiales, las cuentas públicas acumularán un déficit de $488.478 millones, el 6,5% del PBI. Y habrá que hacer frente a otras obligaciones por $281.524 millones.

Si se cumplen las metas oficiales, este año las cuentas públicas acumularán un déficit de $488.478 millones, el 6,5% del PBI. Y habrá que hacer frente al pago de vencimientos de deuda – sin considerar las amortizaciones al Banco Central- por otros $281.524 millones. En total, las necesidades de financiamiento del Gobierno Nacional trepan a la friolera de $770.002 millones. Son, al valor del tipo de cambio promedio del año, unos US$50.500 millones.
Los cálculos son de la consultora Economía & Regiones (E&R) que antes del 10 de diciembre pasado dirigía el actual ministro del Interior, Rogelio Frigerio. El informe dice que el BCRA podría aportar $165.000 millones; la ANSeS, otros $71.000 millones; $144.300 se refinanciarían automáticamente por ser deudas con otros organismos del sector público y los organismos financieros desembolsarían con nuevos créditos por $30.500 millones los pagos que vencen.
Con todos estos números y estas proyecciones, quedaría un bache de $369.000 millones (US$23.600 millones o 4,8% del PBI) que habría que cubrir emitiendo más deuda que, a su vez, “debe ser consistente con la pauta de reducción de la inflación”, fijada entre el 20% y el 25% para 2016.
Fausto Spotorno, de Ferreres y Asociados, tiene números parecidos. “El déficit fiscal, incluyendo intereses, según el Gobierno será este 2016 del 5,5% del PBI . . Además, el Gobierno enfrenta vencimientos de capital de la deuda por 3 puntos del PBI y de acordarse con los holdouts debe pagar 0,6% puntos del PBI de intereses atrasados. En total, la cuenta da casi 9% del PBI de necesidades financieras”.
Explica que “una parte lo puede obtener del BCRA sea reservas para pagar deuda e intereses atrasados o emisión monetaria. Pero para que el crecimiento de la base monetaria esté en línea con el objetivo inflacionario, este financiamiento no puede superar el 3,5% del PBI. El resto debe ser financiado con nueva deuda”.
Aun así, el financiamiento del Banco Central por la friolera de $165.000 millones tiene sus costo porque lo obliga a absorber parte de la emisión con Letras a altas tasas de interés, lo que eleva el llamado déficit fiscal. “Este accionar del BCRA emitiendo por una ventanilla y absorbiendo por otra potencia el déficit cuasifiscal y la emisión potencial de dinero, y en consecuencia la inflación”, dice E&R.
Y agrega: “Tenemos certeza que el BCRA seguirá emitiendo para financiar al sector público nacional en el corto plazo. De hecho, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, anunció que este año el BCRA emitirá $165.000 millones para asistir al Tesoro”, que para ser consistente con la meta de inflación “debería absorber la mitad con LEBAC”, cuyo stock a renovar ya representa 6% del PBI” (ver “ Los costos ...” ).
A su vez, las grandes necesidades de colocar más deuda podrían encarecer la tasa. “Dado el importante caudal de deuda que se necesita colocar para financiar, es prudente asignarle una probabilidad a un escenario en el cual no se puede acceder a ese caudal de financiamiento a tasas de interés razonables”.
En este escenario emergerían dos opciones: Bajar el déficit fiscal más agresivamente.
Tolerar más inflación por mayor financiamiento (emisión) del Central.
E&R realiza un pronóstico severo sobre lo que denomina “gradualismo fiscal” del actual equipo económico: “Lo más razonable y prudente sería acelerar e intensificar la reducción de los subsidios económicos, lo cual permitiría achicar más el déficit fiscal y disminuir las necesidades de salir a tomar financiamiento, tanto en el mercado doméstico como internacional”.
Y concluye con un diagnóstico que se parece más a una recomendación: “Una reducción más rápida y agresiva de los subsidios económicos, que son mayormente socialmente inequitativos, descomprimiría la presión del sector público sobre los mercados financieros y de capitales, lo cual sería positivo para el sector privado que podría acceder a más (¿y más barato?) financiamiento para su inversión”.
En otras palabras, “el actual programa de gradualismo fiscal conduce a una fuerte presencia del sector público en los mercados financieros provocando un “crowding out” del sector privado que desincentiva y encarece el financiamiento de su inversión productiva.

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