martes, 9 de febrero de 2016

La AFIP muy mal

“La alegría por mi regalo de cumpleaños la AFIP la convirtió en impotencia e ira”



Quiero contar algo que me pasó hace unos meses y que todavía me duele. Pocos días después de cumplir años recibí un regalo de mi amiga de Alemania. Cuando vino el cartero, tres días después de la fecha que debería haberlo recibido, abrí la puerta con la alegría de recibir mi regalo. ¿Con qué me encuentro? Con una notificación del correo que me indicaba “que tenía que iniciar los trámites en la AFIP para poder retirar mi encomienda”.
Debía además pagar $ 40 en concepto de Aduana y a partir del cuarto día hábil de recibida la notificación $ 8 por día por la estadía del paquete en el Correo Central.
¿Qué hago? Lo lógico, entro a la página de la AFIP, convencida que el trámite sería sencillo y enseguida tendría mi regalo. Tarea imposible. Como no fui afortunada llamé al número de atención telefónica. Cuando, luego de 20 minutos, finalmente me atendieron, me dijeron que para iniciar el trámite on line debía tener la “clave fiscal”, la que debía tramitar personalmente en la agencia correspondiente. Y agregaron que cuando iniciara el trámite debía poner un monto aproximado del objeto que estaba declarando, a lo cual respondí: ¡“Es mi regalo de cumpleaños”! Acto seguido tuve que preguntarle a mi amiga “cuánto pagó por mi regalo y qué era ya que debía detallarlo en la declaración jurada.”
Cuando llené el formulario se generó la declaración y el ticket comprobantes ambos de la transacción. Estaba contenta, finalmente podría retirar mi regalo. Error: debía generar el “VEP” (Volante de pago electrónico) imprimirlo y pagarlo en el banco.
Debía pagar el equivalente del valor del paquete convertido de euros a dólares y luego a pesos argentinos. Una vergüenza total, yo estoy enferma por lo cual no estoy trabajando, sufro de dolores a diario, casi no me puedo poner en pie por las mañanas y tuve que ir a tramitar la clave. Recibirlo era una de mis pocas alegrías. Tampoco estoy en condiciones económicas de pagar lo que me quisieron cobrar. Lo que debería ser una alegría se convirtió en impotencia e ira.
Mónica Medina.
mkmakura8@gmail.com

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