martes, 3 de noviembre de 2015

Chips en el cuerpo: “Es como tener un granito, casi no te das cuenta de que lo llevas”

La nueva moda del “transhumanismo”.Lo dice Nicolás Batsios, un porteño de 33 años que hace cuatro meses se implantó dos chips, uno en cada mano.

Pionero. Batsios encargó los chips a China y luego le pidió a un amigo que se los inyectara. ALFREDO MARTINEZ

Pionero. Batsios encargó los chips a China y luego le pidió a un amigo que se los inyectara. ALFREDO MARTINEZ

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“Hace 4 meses me puse dos implantes NFC. La sensación es similar a un granito en cada mano. Al principio es extraño, lo tocás a cada rato, pero en unas pocas semanas ya casi no te das cuenta de que lo llevas metido bajo la piel”, cuenta Nicolás Batsios, un porteño de 33 años que se sumó a la tendecia.
“El chip viene dentro de una jeringa, que hace de aplicador. Yo no me animé a inyectarlos, me daba impresión, así que le pedí a un amigo que me ayudara. Es apenas un pinchazo”, recuerda. Para aquellos que tienen aprensión a insertar este chip bajo la piel, también hay anillos y piercings que cumplen la misma función.

Como Batsios se dedica a la seguridad informática, investigó durante varias semanas cúal era el mejor y lo encargó a un vendedor de China. “Yo los utilizo como método de autenticación, para agendar información y guardar claves. Pero puede servir también para abrir puertas o guardar tu historial médico. Y si sufrís un accidente, el médico que te atiende podría saber, con solo apoyar un lector en tu mano, tu tipo de sangre y si sos alérgico a determinados medicamentos o tu obra social. Lo podés programar desde la computadora o el celular”, detalla.

En nuestro país Batsios es un pionero, pero no es el único. Un estudio de la consultora D’Alessio IROL, sobre una base de 380 argentinos, refleja que si bien no todos están dispuestos a instalar uno de estos chips en su cuerpo, no hay dudas de que se trata de una tecnología que llegó para quedarse. Ante la pregunta si aplicarían un chip subcutáneo a sus hijos, 7 de cada 10 personas evaluarían la posibilidad. La mitad de los consultados lo haría para monitorear cuestiones relacionadas con la salud. La mayoría lo haría para almacenar sus datos médicos. La otra razón más elegida sería para poder rastrearlo, por si se pierde o lo secuestran. Además, tres de cada 10 personas evaluarían la posibilidad de utilizar chips como localizador, ante la posibilidad de ser víctimas de un secuestro. Pero sólo la mitad de los encuestados se colocaría un chip.

“Es como tener un granito, casi no te das cuenta que lo llevas”

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