POR VALERIA ROMÁN
Podría servir para mejorar la eficiencia energética en casas y fábricas.
En su trabajo. El físico Maldovan vive en Boston desde hace 12 años
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20/01/13-Clarin
Martín Maldovan sabe de excesos de frío y de escasez de calor. Es argentino, pero vive desde hace 12 años cerca de Boston, en los Estados Unidos, donde las temperaturas son tan bajas en invierno que vuelven inservibles a los tapados que se usan habitualmente en Buenos Aires. En ese contexto, y con la preocupación por el uso más racional de la energía eléctrica, Maldovan desarrolló un método para controlar el calor que podría aplicarse en el futuro en la construcción de edificios, automóviles, y hasta de relojes y otros productos. Es decir, inventó un método que permitirá desarrollar nuevos materiales, gastar menos electricidad, ahorrar dinero, y ser más amigable con el ambiente.
El nuevo método fue publicado por el físico Maldovan en la revista especializada Physical Review Letters el 11 de enero pasado. Lo presentó como investigador asociado del Instituto de Tecnología de Masachusetts (MIT), donde estudia y busca soluciones para las limitaciones energéticas que enfrenta el mundo.
Maldovan se recibió de físico en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Luego, trabajó en el Centro de Investigación Industrial de la empresa Techint, y en el año 2000 ganó la beca Rocca que le permitió hacer el doctorado en MIT. Allí, desató su interés por materiales para controlar la luz. Hizo más tarde un postdoctorado en la misma universidad y obtuvo el cargo de investigador asociado. Se pasó a trabajar en materiales para controlar los sonidos. Y desde los sonidos, llegó al calor.
¿Qué tienen que ver los sonidos y el calor?, le preguntó Clarín al físico en una entrevista telefónica. “El sonido y el calor son parecidos: ambos son vibraciones de átomos. Se diferencian en que las vibraciones del sonido son en baja frecuencia, mientras que las vibraciones del calor son de frecuencia alta. Entonces, las diferencias en frecuencia hacen que el sonido se pueda controlar con estructuras hechas a escala del milímetros. En cambio, para controlar el calor, se necesitan estructuras a escala del nanómetro (equivale a una milmillonésima parte de un metro)”.
Al tener en cuenta esas similitudes y diferencias, Maldovan desarrolló su método, cuya patente está en trámite. “Como estuve trabajando con sonidos, pensé que si se hacían estructuras más chicas a escala nanométrica, también se podía controlar el calor. A partir de esta idea, cambié la forma en que el calor se distribuye dentro de materiales sólidos. Ahora no se necesita que las estructuras sean tan chicas para controlar el calor, algo que haría posible que se puedan fabricar con la tecnologia de hoy”.
El método consiste en un nuevo material que permite controlar la trasmisión del calor. Su base está hecha de silicio, y se le agrega una aleación con átomos de germanio y nanopartículas. Esa aleación forma una película delgada, que opera como un semiconductor y permite manipular el calor.
Las aplicaciones potenciales del método son muy diversas. Uno de los usos posibles es para la generación de materiales “termoeléctricos”, que transforman el calor en electricidad. Ese tipo de materiales se están desarrollando para -por ejemplo- transformar el calor del motor y el escape de los autos en electricidad. De esta manera, se podría ahorrar el 5% del consumo de combustible de un auto. Otra opción son los relojes de muñeca que usan el calor del cuerpo humano para dar electricidad y hacer que el reloj funcione.
“Para que los materiales termoeléctricos sean eficientes, no tienen que dejar pasar el calor. Por eso, el método que desarrollé puede ser utilizado para disminuir el paso del calor en los termoeléctricos y aumentar su eficiencia”, afirmó Maldovan.
Además, el nuevo método podría servir para mejorar la eficiencia energética en casas y fábricas. “Un mejor entendimiento y manera de controlar el calor también es beneficioso para aumentar la eficiencia de los edificios, con menor uso de la calefaccion en invierno o del aire acondicionado en verano”, agregó. Es decir, el desarrollo de materiales termoeléctricos más eficientes contribuiría a generar más energía sin la necesidad de usar petróleo. Mientras las múltiples aplicaciones de la manipulación del calor se hagan realidad, Maldovan sigue resistiendo al frío y la nieve con dos capas de ropas, gorro y bufanda.
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