- Por DANIEL FERNÁNDEZ CANEDO – Clarin
- dfcanedo@clarin.com
Los operadores turísticos están sorprendidos porque, a esta altura, ya hay lista de espera para comprar paquetes (avión y hospedaje) para veranear en Brasil, aunque aún no están a la venta .
Dicen que los clientes no sólo buscan asegurarse las plazas; también quieren pagar con tarjeta y en el momento .
Es más, si no hay paquetes en oferta (habitualmente se lanzan con más fuerza a fines de septiembre) prefieren pagar pasajes y hoteles por separado en forma particularaunque cueste más caro .
En el sistema financiero, la sensación de sorpresa se prolonga : el monto de depósitos colocado a plazo fijo en pesos crece a un ritmo del 45% anual.
Lo sorpresivo responde a que los depositantes colocan sus pesos en los bancos a pesar de que la tasa de interés (13/14% anual por colocaciones a 30 días) resultaunos diez puntos inferior a la inflación anual que miden, por ejemplo, los institutos de estadística provinciales.
La curiosidad se extiende a partir de que en los últimos días el Banco Central aceleró un poco la devaluación del peso y el dólar oficial pasó a crecer a un ritmo del 15/16% anual.
Hasta hace poco tiempo, la tasa de un depósito a plazo “perdía” comparada con la inflación, pero superaba el aumento del dólar oficial.
Ahora ni eso. Sin embargo, los depósitos en pesos no paran de crecer .
Los vendedores de autos, especialmente los de gama alta y media, están sintiendo unrepunte de las ventas.
La mejora se percibe especialmente en el caso de los autos importados cuyos precios en dólares, “pesificados” a $4,69 resultan un camino atractivo en la búsqueda de aplicar pesos a activos que no sean dólares a precio oficial pero se le parezcan en algo en la lucha por la preservación del ahorro.
Paquetes turísticos, depósitos en bancos, compra de autos, financiación de fideicomisos para construcción se constituyen en canales para la porción de argentinos que tienen pesos, quieren ahorrar y no están dispuestos a comprar dólares en el paralelo a $6,40.
Los pesos que buscan destino van en ascenso (la expansión monetaria es de 32% anual ) y encuentran una barrera en el cepo cambiario que lleva diez meses y se va profundizando .
Un interrogante es si la búsqueda de destino de esos pesos tendrá impacto inflacionario .
En ese sentido, la Argentina vivió en la primera parte del año una situación inédita .
A diferencia de 2009, cuando la menor actividad económica hizo retroceder la inflación al 15%, este año ese mecanismo no tuvo el mismo resultado.
Pese a la desaceleración del primer semestre y a la posibilidad de que el crecimiento anual se sitúe en torno de cero, la inflación anual sigue flameando por encima del 20% .
Los economistas reconocen que la comparación merece algunas diferenciaciones : en aquella depresión, que venía desde afuera por la caída de bancos en EE.UU., los precios de los granos cayeron 40% mientras que este año suben en torno de 40%.
Ese “inflador” que implica la suba de los alimentos, le pone un piso mayor a la inflación de la Argentina que sigue en carrera.
Si bien el Gobierno se mantiene en su posición de no hablar de aumentos de precios o atraso relativo, por ejemplo, del dólar, el esquema oficial elegido no permite relajarse mucho.
Afortunadamente, el sector externo sigue dando buenas noticias y, a pesar de bajar un poco, el precio internacional de la soja continúa por encima de US$ 630 la tonelada.
Y las lluvias registradas en las últimas semanas mantienen los pronósticos de 113 millones de toneladas (la anterior fue de 90,4 millones) para la campaña que comienza.
Según los cálculos de los economistas, el año próximo, por las exportaciones de soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo, la Argentina obtendría unos US$ 38.000 millones .
A eso se le sumarían otros US$ 2.000 millones por el biodiésel que las estadísticas oficiales contabilizan como exportaciones de origen industrial aunque se trate, en esencia, de aceite de soja.
Por otra parte, y a diferencia de este año, en 2013 el Tesoro no debería afrontar el desembolso de unos US$ 4.000 millones para pagar el bono de crecimiento.
Con lo cual, en 2013 la Argentina no tendría problemas para seguir aportando losUS$ 20.000 millones de déficit cambiario que genera la actividad industrial.
Llegado a este punto en el cual hay indicios de que dólares no falta rán, una pregunta a formularse es por qué el cepo cambiario .
Una respuesta posible es porque la Argentina podría volver a caer en la tentación dela fuga de capitales que la caracterizó, con distinto nivel de intensidad, desde hace cuarenta años, pero sería insuficiente.
Cada vez se hace más elocuente que el cepo cambiario es eficiente en el corto plazo para detener la salida de divisas, pero no para atraerlas .
Mientras tanto, los pesos están a la caza de oportunidades que, por el lado de los activos valuados por el dólar oficial, van quedando pocas
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