miércoles, 19 de agosto de 2015

“Lo que hace Messi es muy básico”

Porteños.Lo dice Esteban Lezcano, campeón argentino de freestlyle, “con todo respeto” por el fútbol. Y afirma que aunque el arte de hacer jueguitos aún se mira “raro”, ganará un mejor lugar.

En acción. “Esto es esfuerzo”, afirma. Hizo once mil  toques seguidos./  Diego Waldmann

En acción. “Esto es esfuerzo”, afirma. Hizo once mil toques seguidos./ Diego Waldmann

La noticia es que el campeón argentino de freestyle (en otra época era hacer "jueguitos") se gana la vida haciendo changas. Ya sabemos que el freestyle no es el fútbol, pero la pelota, semejante representación del Ser global y nacional, hace que nos de cosita escucharlo: "Puedo cortar el pasto, levantar paredes, cualquier cosa...", dice este jovencito de hábiles 24 años.

No debería resultar lo mismo ganar el Mundial de algo relacionado con el fútbol que ganar el torneo de algún deporte made in Gonzalo Bonadeo. Con olímpico respeto, el Altísimo ha sido terminante: la pelota no se mancha. Esteban Lezcano fue el ganador de la Copa Bridgestone Freestyle, luego de vencer en la final a otro mago como Nicolás Gondra. Eso ocurrió en julio y la final se hizo en los Bosques de Palermo.
Lo primero que uno piensa es que los campeones de algo y la precariedad laboral no tienen nada que ver.

"La verdad es que soy futbolista y me lesioné. Una lesión irreversible en el tobillo derecho... ¿Yo? Y, yo era de esos que hacía goles cuando se achicaba el arco".

¿Para qué pensás qué sirve este título?

No sé, incluso la gente me carga. Me dice "vos sí que estás todo el día al pedo".

(Bajón. A veces la indiferencia es el mejor remedio).

En una época se le decía hacer jueguitos y formaba parte de la disciplina conocida como fútbol. Al parecer, eso ocurrió hasta la llegada de los Carlos Bilardo, cuando el jueguito empezó a desaparecer de las canchas. Dicen que los números diez ausentes o reemplazados por el triste doble cinco armaron una confederación de habilidosos discriminados y, asesorados por el Beto Alonso, Riquelme, Maradona, habrían creado un deporte que llevaría un nombre en inglés apto para la castellanización.
Deporte o truco, aseguran que dentro de cinco años el freestyle será popularmente conocido como "fristá".

"Esto es esfuerzo. No hay talento", dice el campeón. "Es prácticar y practicar. Yo empecé porque me cargaban, me decían que no sabía hacer jueguitos y ahora tengo una particularidad: como mi tobillo está roto, las rutinas que hago son casi en puntas de pie".

Esteban cuenta que si se pone a hacer jueguitos puede estar toda la tarde. "Un día conté hasta once mil, y me aburrí (...) Con todo respeto, Messi y Ronaldinho son los habilidosos del fútbol, pero lo que hace Messi es muy básico para un freestiler competitivo. ¿Vos viste lo que hace con la pelota Sean Garnier? Garnier, un capo, un genio total con una rapidez impresionante".

¿Y si el freestyle se trata de un estado de magia separatista que logró independizarse del fútbol? ¿Y si más que un deporte es una reacción apoyada por los menottistas amantes del tiki tiki y el juego vistoso?
"Salí campeón argentino y no me dieron nada. Me llama la atención esa..." ¿Indiferencia? "No sé cómo llamarlo. Cuando hay un show o un cumpleaños de 15, voy. Pero creo que esto debería ser algo más. Al menos deberíamos actuar en el Cirque du Soleil, ¿no?", sonríe.

Esteban lleva la redonda pegada a la cabeza y habla. Hablamos de los tipos que le pegaban a las pelota y zafaron de las denuncias de maltrato. ¿Ruggeri le hacia bullying a la pelota?
En cambio, este fulano puede almorzar mientras hace rebotar la bola contra su empeine. Dice que todavía falta, pero en el fondo de su corazón partío, Esteban cree que el freestyle ganará. ¿Sí? "Sí. Como todo lo nuevo es raro, pero es cuestión de adaptarse".

Puede ser: pasa con el aquapunching, cruza de box y aquagym. Pasa con las competencias de remo que no avanzan a ningún lado.

¿Decís que llegará el día en que un campeón de freestyle gane más que un Youtuber?

Sí, seguro.

Por ahora, lectores, la vida del mejor freestiler argentino se compara con la del peón y, lejos de la épica de Rocky Balboa, consiste en una dieta rigurosa para mantener la plasticidad que le permita hacer trucos en el fondo de su casa.

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