Crisis en Grecia
Miércoles 15 de julio de 2015 | Publicado en edición impresa
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Grecia
Con su futuro en juego, Tsipras busca respaldo para el ajuste
El MundoPor Luisa Corradini | LA NACIONSEGUIR
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El ministro de Finanzas de Grecia, ayer, en el cuartel general de Syriza. Foto: Reuters
PARÍS. Acosado por su partido, amenazado por el tiempo y presionado por la opinión pública, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se juega hoy su futuro tratando de hacer aprobar las primeras medidas exigidas por los acreedores de su país para obtener un tercer plan de rescate.
Los rumores de su eventual renuncia no hicieron más que aumentar desde que regresó de Bruselas, anteayer. Anoche, Tsipras respondió por televisión: "Un capitán no abandona su barco en medio de la tormenta", remarcó.
Al cabo de un complicado proceso, Grecia permanecerá en la eurozona. Pero el precio que deberá pagar es considerado "exorbitante" por cantidad de compañeros de ruta del primer ministro que deben votar hoy en el Parlamento el primer paquete de medidas exigidas por el Eurogrupo.
"Un nuevo Tratado de Versalles amenaza Europa", escribió en su blog el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis. Ahora diputado, el ex funcionario ya había usado esa expresión cuando se trató del primer plan de rescate, en 2010. Ayer agregó: "Si esa alegoría era pertinente en ese momento, hoy lo es mucho más".
El momento es, sin duda, terriblemente difícil para Tsipras. Seis meses después de que su partido, Syriza, ganó las elecciones con la promesa de poner fin a la austeridad, Grecia se encuentra sometida a una tutela monetaria, fiscal y política.
Ese cambio brutal es vivido como una traición no sólo por muchos griegos, sino por la coalición de gobierno, que reposa sobre un precario equilibrio. Sólo en Syriza, que dispone de 149 de las 300 bancas del Parlamento, la profunda división llevó a unos 35 diputados del ala izquierda a anunciar que votarán en contra de un proyecto que, además de la pérdida de soberanía, "provocará recesión y empeorará los niveles de pobreza y desempleo".
Panagiotis Lafazanis, ministro griego de Energía, imploró al premier rechazar los términos del acuerdo, al calificar las propuestas europeas de "trabajo de asesinos económicos" que intentan destruir a Grecia.
Tampoco deberían votar a favor los 13 diputados de Griegos Independientes, el pequeño partido de derecha nacionalista. Su líder y ministro de Defensa, Panos Kammenos, explicó que "no podía apoyar los términos del plan de ayuda a Atenas".
"Ese plan habla de 50.000 millones de euros de garantías compuesto de bienes públicos, de modificaciones de leyes relativas a la expropiación de vivienda. No podemos aceptar algo semejante", declaró.
Tsipras debería, sin embargo, obtener una mayoría de votos, gracias al apoyo de los partidos de oposición: los conservadores de Nueva Democracia, los socialistas del Pasok y los centristas de To Potami. En total, 106 votos sobre 300.
En el plano social, el premier tendrá que enfrentar su primera huelga de empleados públicos desde que llegó al poder. El sindicato Adedy convocó para hoy a un paro de 24 horas en reacción a los compromisos asumidos por el gobierno con sus socios europeos. Adedy y otros sindicatos también convocaron a una manifestación en la plaza Syntagma para hoy por la tarde, en momentos en que los parlamentarios comiencen a votar.
Agitación política
En vista de la creciente fragilidad de Tsipras, el país parecía ayer encaminarse hacia una severa agitación política. Fuentes del gobierno no descartaban una reestructuración de gabinete.
Si pierde su mayoría parlamentaria, el joven premier podría verse forzado a formar un gobierno de unidad nacional. A esa posibilidad, Tsipras respondió anoche que "en estos períodos de crisis es importante evitar la inestabilidad".
En pleno debate, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó filtrar ayer un documento donde afirma que Grecia necesitará mucho más dinero que el que ofrecieron sus acreedores. Según el texto, en los próximos dos años la deuda pública debería pasar de 180% hoy a 200%. El tercer plan de rescate ofrecido por el Eurogrupo se eleva a 86.000 millones de euros.
El organismo también pone en duda la capacidad del país para respetar los durísimos objetivos presupuestarios que le fueron impuestos, y sugiere que Atenas debería recibir un período de gracia de 30 años antes de comenzar a pagar.
Los europeos intentaban ayer hallar una solución para las necesidades urgentes de dinero de Grecia, que debe hacer frente a vencimientos estimados en 12.000 millones de euros hasta fines de agosto.
Todas las opciones "son muy difíciles de poner en marcha", afirmó Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea (CE) a cargo del euro. El funcionario confirmó que "varios Estados no miembros de la eurozona manifestaron su preocupación".
El mejor ejemplo fue Gran Bretaña. George Osborne, canciller del Tesoro, se opuso a que los europeos usen fondos comunitarios para ayudar a Grecia. "La eurozona debe pagar sus propias facturas", dijo.
Una de las opciones era, en efecto, la utilización del FESM, un fondo de la Comisión Europea dotado de 13.000 millones de euros. Pero su desbloqueo requiere la autorización por mayoría calificada de los 28 países del bloque. Suecia y Dinamarca también se opondrían.
Hollande pide un Parlamento de la eurozona
- El presidente francés, François Hollande, consideró ayer que de la crisis que atraviesa Grecia hay que sacar una serie de lecciones para la eurozona y empezar por la necesidad de tener un presupuesto común, un gobierno económico y un Parlamento propio que garantice una gestión más democrática.
- Se trata de "dar a Europa bases más sólidas, en interés del pueblo", y permitir que el área del euro se haga oír en el mundo y no sea vista "como un espacio de dificultades", señaló el mandatario en la tradicional entrevista televisada con motivo de la fiesta nacional de Francia.
El Mundo |
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