domingo, 7 de septiembre de 2014

Tsunami Tecnologico

El tsunami tecnológico: los emprendimientos que pueden transformar la Argentina

Tema del domingo Son los nuevos negocios globales inventados en nuestro país y que ya están logrando enorme éxito en la economía 3.0. Van desde audífonos digitales hasta turbinas eólicas para instalar en balcones.

Nanotecnología en Chascomús. El laboratorio más importante de Sudamérica donde se procesan chips de silicio para el mundo en la planta de la empresa Unitec Blue ubicada sobre la ruta 2.

Nanotecnología en Chascomús. El laboratorio más importante de Sudamérica donde se procesan chips de silicio para el mundo en la planta de la empresa Unitec Blue ubicada sobre la ruta 2.

La primera gran revolución industrial nos encontró preparados y nos convertimos en la octava potencia del mundo. Para la segunda, ya estábamos más alejados y no pudimos competir con la industrialización de los países centrales. La tercera ola tecnológica de la Era Digital y la economía 3.0 nos puede dar una nueva oportunidad a los argentinos. Y ya hay una vanguardia de emprendedores locales trabajando en esto. Estamos exportando más en software que en carne. Vendemos 7.000 millones de dólares al año en servicios extensivos en conocimiento. Tenemos cuatro de las “start ups” más exitosas del mundo y líderes en América Latina: Mercado Libre, OLX (vende más clasificados en la India que los diarios locales); Despegar y Globant (salió a la bolsa en Wall Street con gran éxito; se dedica a los diseños creativos). Y está la más grande, UNITECBlue, la primera planta de nanotecnología de Sudamérica, con una torre plateada sobre la ruta 2, en Chascomús. A su alrededor hay 3.780 empresas agrupadas en la cámara del software. En los últimos dos años surgieron en Argentina 1.420 startups, pequeñas empresas de tecnología, a razón de dos por día “Tenemos capacidades distintivas para crear buenos negocios dentro de la nueva economía.

Tenemos hambre, capacidad para trabajar en la incertidumbre y un ambiente hostil, una enorme mezcla de razas y culturas, un individualismo creativo y contamos con los recursos naturales para iniciar cualquier proyecto”, dice el predicador más destacado de este tsunami tecnológico en Argentina, Ignacio Peña, un economista de la UCA que desarrolló durante doce años más de cien proyectos en empresas de todos los rubros para el Boston Consulting Group de Estados Unidos y otros gigantes de Brasil. Hace cuatro años regresó a Argentina porque cree que es el país ideal para montarse a esta transformación económica profunda que estamos viviendo.

Para entender esta nueva Era se podría decir que la mayoría de los negocios convencionales que vemos hoy desaparecerán en los próximos 20 o 30 años para transformarse en centro de producción virtual. La mayoría del comercio será a través de las redes. Buena parte de la infraestructura estará provista por máquinas y robots. La Educación y la Salud saldrán de sus ámbitos lógicos de las escuelas y los hospitales. La energía que consumamos será renovable en un alto porcentaje. Lo que considerábamos hasta ahora como “el futuro” será una realidad a una velocidad nunca antes vista en la Historia. Para surfear en esta ola gigante se necesitarán nuevas visiones. Y gente que esté a la vanguardia y comience a poner en práctica sus ideas sin saber muy bien hacia donde va o si lo que está haciendo puede llegar a tener algún valor. Muchos jóvenes entendieron el cambio y ya se lanzaron al agua. Junto a ellos, por supuesto, aparecerán nadando unos cuantos “aventureros” que sólo buscan un “salvavidas” para sus fracasos.

Entre los nuevos negocios están las “aceleradoras”, empresas que ayudan a los emprendedores a desarrollar sus productos. Ariel Arrieta lidera NXTPLabs, que en los últimos seis meses recibió 800 solicitudes de capitales para llevar adelante ideas de negocios. Eligieron 25 y les dieron 25.000 dólares y asesoramiento por cuatro meses a cambio de una parte de sus acciones. Hicieron presentaciones de los proyectos a las que asistieron más de 400 potenciales inversionistas. Siete de estas empresas virtuales ya son una realidad y tienen acceso a otro fondo de un millón de dólares. “La ambición es llegar a encontrar inversores que puedan transformar a estos emprendimientos en “unicornios” que es cómo se denomina a las empresas que superan los mil millones de dólares en inversión y negocios”, explica Arrieta, un “emprendedor serial” de 41 años. “La clave de todo esto es moverse rápido ”, aclara.

La mayoría de los emprendimientos que surgen en Argentina tienen que ver con las finanzas y las energías renovables. En este sentido, muchos de los emprendedores están tratando de buscar la vuelta a un negocio de enorme potencialidad como es el de las baterías de autos eléctricos y computadoras. Estas trabajan en base al litio, un mineral del que el 85% de las reservas se concentran en los salares de la frontera entre Argentina, Bolivia y Chile. “Tenemos la materia prima y la capacidad para desarrollar baterías de última generación. No podemos dejar que China se lleve el litio para fabricarlas en su país”, dice Arrieta. Ya hay varios proyectos en este sentido. El más grande lo está manejando UNITECBlue, que es del grupo Eurnekián y que está desarrollando una producción conjunta con una tecnológica brasileña.

Pero también hay buenos negocios que surgen fuera de los grandes centros urbanos y para cubrir necesidades básicas. El ejemplo es Usound, una plataforma que convierte a los teléfonos inteligentes (smartphones) en audífonos digitales. Surgió cuando un grupo de estudiantes de ingeniería de Jujuy quiso resolver el problema de uno de sus compañeros que tenía problema de audición en las clases y le inventaron la aplicación. Ya salieron al mercado global con una propuesta de suscripción de 30 dólares al año para que cualquier hipoacúsico pueda acceder a la audición que hasta ahora sólo se lograba con audífonos que valen entre 2.000 y 5.000 dólares. Otra plataforma que fue vendida recientemente a la cadena Fox de Estados Unidos es Comenta.TV que permite hacer comentarios de programas de televisión en vivo y en tiempo real a través de las redes sociales. A su vez, esas opiniones pueden ser reproducidas en ese instante en las pantallas, ya sea de televisión, computadora, teléfono o tableta, que estamos viendo. Esto no solo crea una gran interactividad entre el productor y el receptor sino que aporta métricas de medición diferentes e inmediatas a los canales y anunciantes.

El campo argentino sigue estando a la vanguardia de la innovación desde que introdujo la cosecha directa allá por los noventa. Hay decenas de aplicaciones y programas para monitorear la producción agrícola y bovina desde computadoras y celulares. Unos desarrolladores idearon Less, una lanza de metal que contiene varios sensores y que se coloca en las silobolsas (la forma en que se acopian los cereales en el propio campo de producción). Esta lanza puede medir los niveles de humedad, temperatura, dióxido de carbono, movimiento y posición. Y envía toda esa información directamente al smartphone del productor advirtiéndole de cualquier deterioro que pueda tener el grano.

Estos tres proyectos fueron “acelerados” por Wayra, una empresa del grupo Telefónica que funciona desde hace tres años en Argentina, otros seis países latinoamericanos y cinco de Europa. “Evaluamos unos 5.000 proyectos y decidimos invertir en 35. El 70% de estas empresas ya recibieron inyecciones importantes de capitales. El potencial emprendedor que tenemos los argentinos impresiona en todo el mundo ”, comenta desde Córdoba, Lorena Suárez, la country manager (gerenta local) de Wayra.

En una oficina de Palermo Hollywood trabaja Ignacio Juárez, un emprendedor de 32 años que junto a sus dos socios de Semtive desarrollaron una turbina eólica de eje vertical para uso urbano. Son pequeñas columnas que se pueden colocar en una terraza o, incluso en un balcón, y producir electricidad con la fuerza del viento para acumularla en unas baterías que podrían suplir el consumo eléctrico de una casa. También tienen columnas de alumbrado público con iluminación led alimentada por una turbina aeólica y un panel solar. “Estamos viajando en los próximos días a una gran feria de Hamburgo, en Alemania, donde ya tenemos conversaciones muy avanzadas y grandes perspectivas de vender. Acá en Argentina es difícil avanzar hasta que no se termine el subsidio a la energía. Si se sincerara el precio de la electricidad que consumimos, estas turbinas serían muy competitivas”, comenta Ignacio. Ahora, los tres socios están pensando en otros emprendimientos de nuevos métodos de almacenamiento de energía y de producción de biocombustibles a partir de productos no convencionales como las algas o plantas que se desarrollan en el desierto patagónico.

Rodrigo Herrera Vegas es un ingeniero industrial del ITBA, de 43 años, que nació en Francia, se crió en Estados Unidos pero se siente más argentino que el mate. Creó el sitio Sustentator y desarrolla productos de energías renovables. Su blog de concientización tiene 1.130.000 seguidores y su tienda online Ecofriendly de productos ecológicos es una de las más exitosas en su rubro en forma global. “Los paneles solares ya son una realidad para producir electricidad limpia y barata. Estamos colocando muchos paneles en los barrios del Gran Buenos Aires y, por supuesto, en el campo, donde no llega la red eléctrica o es muy caro tirar los cables por varios kilómetros. En Alemania, este sistema ya genera el 17% del total de la energía que se consume. Y con toda esta experiencia podemos producir productos mucho más baratos para todo el norte de Europa, China, etc. Tenemos que desarrollar esta industria. Hay que apoyarla con créditos, incentivos fiscales. ¿Si se sigue haciendo para la industria de la vieja economía cómo no lo vamos a hacer para la que ya está acá y tiene enorme futuro?”, se pregunta Herrera Vegas.

Para Ignacio Peña la clave está en la educación y la formación de cientos de miles de emprendedores. “Tenemos que modificar los contenidos de las escuelas y universidades. Tenemos que basar todo en proyectos. Hay que formar hacedores, gente formada para las oportunidades y no para los empleos, que ya son cada vez más escasos”, comenta Peña y pone como ejemplo varias charlas que dio en barrios carenciados y donde tuvo una enorme recepción de las nuevas ideas por parte de chicos que buscan salir de la pobreza. “Imaginate que chicos que no terminaron ni siquiera la primaria de pronto entienden que si hacen la secundaria y al mismo tiempo se forman como programadores van a estar a la vanguardia de la nueva Era económica. Y eso ocurre. Solo hay que crearles la oportunidad. Y de esa manera nos creamos la oportunidad para todos los argentinos”, agrega con el entusiasmo de un pionero.

Las tres olas que cambiarán nuestra vida cotidiana

Cómo la ciencia determinará nuestro futuro cercano, de acuerdo al gran físico Michio Kaku.

Hay tres olas dentro del tsunami tecnológico. La primera es de un futuro cercano que va desde el presente hasta el 2030. La segunda, se inicia alrededor del 2030 y continúa hasta 2070. Y la tercera, de un futuro lejano, del 2070 al 2100. Dentro de estos ciclos, el profesor Michio Kaku, el gran divulgador de la ciencia y la tecnología que se hizo famoso en todo el mundo por su programas en la BBC y Discovery Channel, ve las distintas etapas de desarrollo que transformarán nuestras vidas. Kaku se formó en Harvard y Berkeley y desde hace 30 años tiene a su cargo la cátedra de Física Teórica de la Universidad de Nueva York. Sus libros “Física de lo Imposible” y “La física del futuro” se convirtieron en dos impensables best sellers.

Kaku entiende que el futuro ya está instalado en los laboratorios más avanzados del mundo y que la economía 3.0 se va a ir adaptando a las nuevas tecnologías que los científicos vayan entregando. Asegura que muy posiblemente para mediados de siglo controlemos las computadoras a través de diminutos sensores cerebrales y podremos mover objetos con el poder de nuestra mente, la inteligencia artificial será algo cotidiano y los lentes de contacto con conexión a las redes (el Internet del momento) nos dará la posibilidad de obtener toda clase de información con un simple parpadeo. La medicina molecular permitirá cultivar casi cualquier órgano y curar enfermedades genéticas. Millones de diminutos sensores de ADN y nanopartículas navegarán por nuestras venas para detectar cualquier enfermedad. La ingeniería genética nos permitirá relentizar o revertir el proceso de envejecimiento. Todo esto modificará radicalmente nuestras vidas y por lo tanto nuestra forma de relacionarnos, de estudiar, trabajar y recrearnos.

En los próximos 15 años veremos, de acuerdo al trabajo de investigación realizado por Kaku después de entrevistar a 300 de los científicos más destacados del mundo, el desarrollo y la popularización del uso de los lentes conectados a Internet, las autopistas inteligentes con autos sin conductor, las comunicaciones con imágenes virtuales en 3D, paneles electrónicos flexibles que se podrán colocar, como revestimiento de una casa y de ese modo cambiar la luz o el color de las paredes de acuerdo a nuestro estado de ánimo. Tomógrafos de altísima precisión que podrían diagnosticar prácticamente cada afección que tengamos. Veremos un importante desarrollo de los robots domésticos, máquinas inteligentes que nos ayudarán a realizar todas las tareas del hogar. Ya hay en el mundo 3.540.000 robots haciendo estos trabajos en el mundo y esa cifra se multiplicará por 20 antes del fin de la siguiente década. En este período tendremos un amplio desarrollo de la medicina genómica que nos permitirá manejar las células madre. El diagnóstico de nuestras enfermedades lo haremos con aparatos en casa o en pequeñas salas barriales, enviaremos la información por Internet a los mejores especialistas, quienes devolverán en segundos el tratamiento adecuado y la cura de la enfermedad.

En los próximos 15 años las energías eólica y solar tendrán un desarrollo importante. Ya se diseñan turbinas silenciosas y pequeñas para ser adaptadas a todos los terrenos y comienzan a levantarse “edificios” de paneles solares en el medio del desierto donde cada “piso” aumenta la potencia del siguiente. La conquista del espacio es posible que tenga un nuevo impulso. Hay proyectos de explorar galaxias cada vez más lejanas y de crear bases permanentes en la Luna y en Marte. Todo dependerá de si las naves no tripuladas que ya se encuentran viajando por la galaxia descubren allí nuevos minerales que impulsen la economía terrestre.

Para entretenernos tendremos enormes paneles de LED y juegos 3D que nos trasladen a una realidad virtual cada vez más clara y abarcadora. Las imágenes y sonidos serán de un realismo extraordinario. A través de lentes y cascos el living de nuestras casas se podrá transformar en lo que deseemos, desde un escenario de guerra hasta una playa caribeña. Y nosotros podremos tener la sensación muy viva de que estamos en esos lugares e interactuar con personajes que inventemos o repliquemos de los reales que más admiremos

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