domingo, 8 de febrero de 2015

Por China, la deuda sube US$ 30.000 millones

En el bolsillo

¿Desendeudamiento? ¡Qué glacioso! Así, dicho “en chino”, como “La Cámpola, el aloz y el petlóleo...”

La Presidenta Cristina Kirchner regresa hoy del que definió como “una visita de Estado de las más importantes que hemos realizado.” Firmó 15 acuerdos, que van desde la energía atómica a represas hidroeléctricas, pasando por satélites. Pero la enorme mayoría de esos convenios terminan en una importante cantidad de facturas a pagar en el futuro. Son más de US$ 30.000 millones.

Las represas, antes llamadas Condor Cliff y La Barrancosa, relicitadas como Néstor Kirchner y Jorge Cepernic (con mayores costos), ahora serán financiadas por los chinos, con créditos de tres bancos. La Presidenta celebró en Beijing (en la sede de la empresa que ganó la licitación) la firma de la Orden de inicio de la obra. Al hacerlo, se perfeccionó el contrato, y la Argentina asume una deuda de US$ 4.714 millones con los financistas de aquel país. Tomar deuda para hacer una obra de relevancia es mejor que hacerlo para pagar sueldos, por cierto. Pero sigue siendo nueva deuda, no?

Vamos ahora a las usinas nucleares, adjudicadas en forma directa a empresas chinas pese a que compañías rusas y estadounidenses tenían interés en participar de una licitación. Son dos. La Presidenta las describió vía Twitter, como a ella le gusta: “IV Central Nuclear (uranio natural y agua pesada); Potencia: 70 megavatios. Inversión: US$ 5.800 millones”; “V Central Nuclear. Potencia: 1.000 megavatios. Inversión: US$ 7.000 millones”. En total, 12.800 millones de dólares, con un financiamiento que Cristina Kirchner definió como “concesional”, a una tasa del 3,5% anual, “mientras que un financiamiento a tasa comercial es entre 6,5% y 8,5% anual”, añadió. Cabría recordar que Bolivia coloca deuda al 4%, pero es una suspicacia. Porque, de todas maneras, es más deuda que el país sumará a sus pasivos. ¿O no les piensan pagar a los chinos? ¿Y el desendeudamiento?

También están los trenes, que China financia a largo plazo: suman más de US$ 3.000 millones. Y la frutilla del postre, el swap con el Banco Central de China, con el cual Vanoli controló en las últimas semanas (parcialmente) la caída de las reservas del BCRA. Son otros US$ 11.000 millones, si se desembolsa la totalidad.

Sumando unos y otros, son facturas a pagar por más de US$ 30.000 millones. Una suma importante que deberán estar analizando, seguramente, los candidatos a Presidente, que deberán ver cómo harán para pagar. Un monto que se lo pregona como inversiones chinas, pero que en verdad son contratos de compra, de financiación que deberán ser abonados dólar sobre dólar.

Ayer, Martín Redrado se mostró “preocupado” por la “preferencia que se le da a las empresas Chinas, sobre todo en los procesos de licitación que siempre tienen que ser abiertos, transparentes y buscar mejores precios y calidad”. Y agregó que se “está arrodillando buscando dólares y dando concesiones que no daría en una situación normal”. Es una explicación a lo que pasó, no? Un analista del sector energético coincide: “Les dieron las usinas atómicas, lo único nuevo de este viaje, a cambio del swap”. El mismo técnico hizo un cuestionamiento: “¿Por qué un Gobierno que se está yendo en 10 meses toma compromisos de esta magnitud, a largo plazo?”.

Una broma para el final, de un exfuncionario argentino, que dio en Beijing de una conferencia junto a pares de europa y Asia. Hubo 1.500 asistentes, dijo ayer. Más de los 1.000 empresarios que fueron a escuchar a la Presidenta, sorprendiéndola. ¿También estos serían de “La Cámpola”?

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