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- 30/12/14
Una investigación realizada en Estados Unidos.La obesidad abdominal --más de 102 centímetros de perímetro-- eleva las chances de sufrir una enfermedad cardíaca.
Panza de cerveza. Así se describe informalmente a la obesidad abdominal, un nuevo factor de riesgo. / Archivo
La “panza cervecera” u obesidad abdominal (en términos médicos) aumenta el riesgo de muerte cardíaca súbita, según descubrió un equipo de científicos de los Estados Unidos. Un hallazgo que sumará mayor atención sobre el perímetro abdominal elevado como un factor de riesgo importante de enfermedades cardiovasculares. La investigación fue llevada a cabo por el equipo de Ahmet Selcuk Adabag, de la división de Cardiología, del Centro Médico de Asuntos de Veteranos, en Minéapolis. Se hizo un seguimiento de 14.941 hombres y mujeres de un promedio de 54 años de edad durante casi 13 años.
Las personas se habían sometido a minuciosos chequeos médicos cinco veces, pero hubo 253 muertes cardíacas súbitas. El estudio fue publicado por la revista con referato Heart de la Sociedad Cardiovascular Británica. Tal como esperaban los investigadores, se encontró que los que murieron de forma repentina tenían una proporción más alta de otros factores de riesgo cardíaco, como obesidad, hipertensión, y colesterol alto. Sin embargo, independientemente de esos factores, los que tenían una relación cintura-cadera más alta tuvieron más del doble de riesgo de muerte cardíaca súbita que quienes tenían una proporción normal.
El índice más alto sólo se corroboró en los no fumadores. “No sabemos con certeza el motivo”, le dijo Adabag al diario The New York Times. “Pero la obesidad abdominal es mucho más inflamatoria y mucho peor que la obesidad general”. A partir del resultado, Adabag recomendó a los que tienen panza que “no hay una respuesta fácil. Tienen que hacer un gran esfuerzo y reducir el riesgo cardíaco mediante pérdida de peso, dieta y ejercicio”.
La muerte cardíaca súbita -que es la consecuencia de un trastorno eléctrico que hace que el ritmo cardíaco se vuelva irregular- no es el único impacto asociado a la obesidad abdominal. Según explicó a Clarín María Elena Torresani, directora de la carrera de especialistas en nutrición clínica de la Universidad de Buenos Aires, la grasa corporal se encuentra distribuida debajo de la piel, llamada grasa subcutánea, y rodeando a los órganos internos que es la grasa profunda. En el hombre, la grasa subcutánea tiende a distribuirse uniformemente. Aunque con la edad, también aumenta progresivamente en la panza. Puede aumentar en el hombre hasta tres veces más que en la mujer. Como consecuencia, se reduce el colesterol bueno y aumentan los triglicéridos. Está asociado también a la hipertensión arterial y a la diabetes tipo 2.
Se considera que un hombre padece obesidad abdominal si tiene un perímetro abdominal superior a 102 centímetros. En el caso de la mujer, se la diagnostica cuando el perímetro es mayor a 88 centímetros. En la Argentina, el estudio Carmela había detectado que el 28% de los hombres y el 31% de las mujeres tenía obesidad abdominal, al medir más de 1.600 personas en Capital, recordó el investigador principal Carlos Boissonet, cardiólogo del Cemic y director del comité de epidemiología y prevención de la Fundación Interamericana del Corazón. “Sabíamos que la obesidad abdominal es un factor de riesgo cardiovascular. Gracias a este nuevo estudio difundido en Heart ahora sabemos que tiene un efecto directo sobre la mortalidad, ya que puede causar el trastorno de muerte súbita”.
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