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- 11/12/14
Crearon en el país el primer brazo biónico de Latinoamérica
Avance científico.La prótesis fue desarrollada por seis investigadores de Entre Ríos. Funciona con sensores que detectan los impulsos eléctricos. Permite abrir y cerrar la mano y hasta escribir. Costará la mitad que las importadas.
- Verónica Toller (Gualeguaychú)
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Gualeguaychú. Corresponsal
Stela tiene poco más de 40 años. Sin apuro, toma una aguja con su mano derecha y se pone a coser. Antes, colocó un mantel amarillo sobre la mesa de su cocina y cebó unos mates. De pronto, recuerda que tiene que hacer compras, así que escribe la lista. Con su mano derecha, porque es diestra.Nada fuera de lo común. A no ser porque Stela no tiene mano derecha. Bueno, no propia. Perdió antebrazo y mano hace un tiempo en un accidente laboral. Y lo que hoy emplea es un brazo biónico, una prótesis mioeléctrica, la primera desarrollada en Latinoamérica, creada por científicos argentinos que acaban de ganar con ella el Primer Premio en el rubro Tecnología para la Discapacidad, en el concurso Innovar 2014.
Por fuera, la mano es casi igual a la patentada de nacimiento. Color, forma y hasta ¡vellos! Por dentro, parece una aventura robótica de Pixar transportada a la vida diaria. Hay electrodos que detectan la actividad muscular, una batería de larga autonomía y soportes de acople de la prótesis al muñón. Los impulsos eléctricos del brazo de carne y hueso son captados por sensores y convierten las órdenes del cerebro en "reacciones" de la mano biónica que se abre, se cierra, escribe, cocina... Aclaremos: no podrá tocar la guitarra ("por ahora", dicen sus creadores), porque los dedos no son independientes: sólo pueden realizar movimientos de pinzas.
Esta prótesis devuelve funcionalidad al brazo que haya sufrido una amputación a partir del codo o una malformación congénita. Sus creadores son seis entrerrianos: el director del proyecto, Sebastián Vicario, junto a cuatro bioingenieros (Ricardo Rodríguez, Luciana Joliat, Cecilia Pérez y Aníbal Fernández Peterson) y un médico (David Vetcher). Desarrollaron su investigación en la empresa Bioparx, ubicado en el Parque Tecnológico del Litoral Centro, de Santa Fe.Por el momento, hicieron prótesis para adultos, con dos talles para mujeres y dos para varones.
"Talles de la parte mecánica y electrónica interna -dice a Clarín Ricardo Rodríguez-. La mano completa tiene dos fundas: una que da volumen, y la exterior, que se adecua a la fisonomía del paciente". Es lo que puede verse en Stela, la paciente con la que se probó el prototipo por un convenio con el Hospital Vera Candioti de Santa Fe.Todo comenzó en 2007, cuando Bioparx se planteó desarrollar un marcapasos cardíaco-implantable.
"Vimos que la tecnología que generamos allí podía servirnos para otros proyectos. Y comenzamos en 2009 con esta prótesis llamada myo-ARm", dice el bioingeniero. Para 2011 ya tenían el prototipo funcionando. Contaron con apoyo económico del Estado y de capitales privados. Los siguientes tres años se dedicaron a adaptar la creación a los requerimientos de normas internacionales. Ahora aguardan la habilitación de la ANMAT para comercializar a nivel nacional, y confían en tenerla a principios de 2015. "Pero ya podemos producir y vender a nivel provincial, en Santa Fe y en Entre Ríos", aclara Rodríguez.
Entre las ventajas más notorias estará el precio de compra: un 50% menos de lo que le cuesta hoy traer prótesis similares de Alemania, Estados Unidos o Inglaterra. Y en el servicio posventa: si hace falta reparación, estará lista en diez días, versus los tres o cuatro meses que insume hoy enviar a reparar una prótesis al exterior.
"Azúcar", escribe Stela. "Yerba". Sigue haciendo la lista. Se pone de pie, va a la cocina, abre una canilla (con su mano derecha) y se sirve un vaso con agua. Decide que es tiempo de darse un mimo, así que busca el frasquito de esmalte de uñas y se pinta. Su mano izquierda se ve bella, mientras la derecha trabaja y no comete ni un error.Su mano derecha. Su antebrazo biónico.
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