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- 07/07/15
“Cuarta edad”: ya hay más de 2 mil mayores de cien años en la Provincia
Un desafío para el sistema de salud.Es el distrito con más personas de esa edad. La cifra creció tres veces desde 2001. Dolores, cardiopatías y déficits sensoriales, los principales males que sufren.
Vitalidad. Dolores Pérez, de 102 años, en su casa de La Plata, donde todos los días cocina y se encarga de arreglar su huerta. MAURICIO NIEVAS
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Todavía no tiene estatuto ni comisión directiva. Pero si alguien propone conformar el “Club Mayores de 100 años” en la provincia de Buenos Aires podrá reclutar más de dos mil socios. El número de ancianos que superan el siglo de vida pasó de 542 (en el censo 2001) a 2.060 en la actualidad, según proyecciones del Indec en base al censo de 2010. Y el crecimiento de esa hipotética institución no tendría techo: para 2040, se proyecta que serían más de 15 mil.
Más cerca en el tiempo, una lista de espera para ingresar al club también sería extensa. Los informes sobre la población bonaerense indican que hay 403.000 personas de entre 80 y 99 años. En 1970 los habitantes con 60 años o más representaban el 7% (610 mil) del total y ahora el índice está en 10,5% (más de 1,5 millones). Así Provincia es el distrito más “longevo”: allí vive uno de cada tres argentinos que superaron los 100 años.
El fenómeno es global: la Organización Mundial de la Salud estimó que la mitad de los chicos nacidos desde 2010 soplarán 100 velitas o más, ya en el siglo XXII.
La pregunta es: ¿cómo es esa vida? Ahí está el gran desafío. “La longevidad de la sociedad moderna es un hecho. Tenemos que promover acciones para que esa prolongación resulte de calidad. Y para eso la fórmula es: proteínas y actividad física”, dice el especialista en gerontología y director del Centro de Excelencia para Adultos “Hirch”, Moisés Schapira.
El sistema sanitario también debe adaptarse. En Provincia, se inició un proceso de evaluación en 38 hospitales públicos para relevar a los pacientes mayores de 65 años. Participa la Oficina de Alimentos, que estudiará especialmente a los mayores a 75 años que ingresan en la llamada “cuarta edad”. Se realiza un diagnóstico especial, llamado “screening”, que detecta enfermedades en individuos sin síntomas, con pruebas simples de medición de la fuerza y función muscular.
“Se busca conocer indicadores significativos como la velocidad de la marcha, el perímetro de la pantorrilla, la capacidad para ponerse de pie para luego ofrecerles a los adultos mayores recomendaciones nutricionales precisas que mejoren la ingesta de proteínas, leucina, vitamina D y calcio”, explicó el ministro, Alejandro Collia.
Schapira considera que la clave para llegar en forma a esta etapa consiste en “ahorrar” en la edad productiva lo que vamos a perder más adelante. “Es necesario hacer ejercicio físico desde joven, porque luego la musculatura y los huesos perderán vitalidad y entonces habrá condicionamientos cuando seamos ancianos”, asegura.
Caminar, subir escaleras, hacer los mandados y andar en bicicleta son algunos consejos básicos.
En el hospital especializado en gerontología “Pironio” de Rauch, los tratamientos apuntan a dejar de lado los medicamentos. “Tenemos pacientes que tomaron, por años, hasta 5 o 6 fármacos todos los días. Con abordajes alternativos y terapias complementarias se pueden eliminar más de la mitad, sin resentir la salud”, aseguró a Clarín, la directora Silvina Bassagaisteguy. “Los abuelos tienen que encontrar motivación y actividades. Es fundamental para su salud”, agregó.
De eso conoce Armonía Alonso de Aramburu, que está a sólo 3 escalones de la centuria. Ella ocupa su tiempo en pintura rupestre, crucigramas, scrabble y solitario en la PC. Sí, en la computadora. Armonía pasa hasta la madrugada entretenida frente al monitor. “Al médico sólo voy para los controles. Siempre comí de todo, pero natural y casero”, aclara esta ex docente de Ciencias Naturales y ex investigadora en un soleado departamento platense.
Los dolores musculares, las cardiopatías y los déficits sensoriales ocupan el podio de las deficiencias prevalentes en la “cuarta edad”.
Es fundamental que el paso de los años no afecte la autonomía. “Caminar por las veredas de La Plata es complicado. Pero con el bastón y apoyada del brazo de alguien me animo. Y una veza l mes hasta vamos al teatro”, contó Armonía. La mujer, cerca del centenario, puede mostrar sintonía entre su salud física y su envidiable lucidez.
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