SOCIEDAD
DÍA MUNDIAL DEL MALBEC
El vino saltó de la copa a la vida cotidiana y hoy celebra su día
POR GISELE SOUSA DIAS – Clarin
Hay desde helados saborizados hasta tratamientos de vinoterapia en hoteles de lujo, canales de TV exclusivos y aplicaciones de smartphone para calificar cada botella. La industria no para de crecer.
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17/04/14- Clarin
El malbec argentino ya no es solamente un vino. Su crecimiento en el país y su penetración en el mundo ha sido tan avasallante y sus amantes tan amantes, que se ha gestado a su alrededor lo que ya se conoce como “cultura malbec”: desde helados sabor malbec hasta artistas que no pintan con acrílicos sino con borra de este vino; desde tratamientos rejuvenecedores con vinoterapia hasta hoteles de lujo que cobran fortunas para degustarlo; desde aplicaciones para celulares hasta un malbec mendocino que acaba de ser elegido el mejor del mundo y que, afortunadamente, integra la lista de los vinos “pagables”. Hoy se celebra su Día Mundial y 55 ciudades del mundo brindarán a su salud.
¿Qué tiene de especial el malbec argentino? “El malbec es, en verdad, un varietal de origen francés. Pero hace más de 150 años hubo en Europa una plaga llamada filoxera que acabó con los viñedos. Un tiempo después, un agrónomo llamado Michel Pouget trajo a la Argentina el malbec francés: es decir, el mundo había perdido ese material genético y nosotros teníamos algo único, anterior a la peste”, cuenta a Clarín el mendocino Marcelo Pelleriti, el único enólogo latinoamericano que obtuvo 100 puntos Parker –la máxima distinción en el ambiente vitivinícola mundial– por la elaboración de un malbec. “¿Qué aportó la Argentina? Acá se encontró con lugares perfectos, como Mendoza o San Juan, porque necesita sol y poca humedad para que no se desarrollen enfermedades. Así se fue creando una identidad: hoy no hay otro país del mundo que produzca malbec con material original como se produce acá”.
Argentina se posicionó así entre los mejores productores de malbec de alta gama del mundo, como Francia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Italia y España. Y fue una crisis económica la que colaboró para que el malbec local se terminara de acomodar en el mundo: “Fue en los peores años de la crisis en Estados Unidos y en el mundo, desde 2008, que se empezó a vivir un fenómeno de trade down : mucha gente salió a buscar vinos que estuvieran un escalón abajo en precio pero que mantuvieran la calidad”, explica Magdalena Pesce, gerente de marketing de Wines of Argentina, la entidad que promueve el vino argentino en el mundo.
En ese contexto, no resulta extraño lo que sucedió hace un mes: el malbec Famiglia, de la bodega mendocina Casa Bianchi fue elegido entre 3.500 vinos de 41 países el mejor del mundo: costaba, al menos hasta ese día, 96 pesos. Así, hoy y por cuarta vez, se celebrará el Día Mundial del Malbec: 60 eventos en 55 ciudades de 44 países durante todo abril.
“Nuestro malbec tiene muchas caras: puede ser espumoso, rosado, tinto, ligero, de guarda y puede venir de Patagonia o de Salta, no sólo de Mendoza –aclara Andrés Rosberg, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers y autor del libro “Mas allá del malbec”–. No es como la cerveza, que viene de una fórmula matemática y siempre tiene el mismo sabor: en el vino influye mucho la tierra, el clima y el hombre”.
Pero alrededor del malbec no sólo nacieron sommeliers que escribieron libros: “Argentina picó tan en punta que se generó un movimiento potente: hay un artista plástico tucumano llamado Jorge Martorell que pinta con vino, ya hay helados y galletas de malbec, hay tiendas en Estados Unidos que venden zapatos ‘color malbec’, hay cremas para tratamientos de rejuvenecimiento a base de malbec y hay una marca de cristalería –Riedel, la más famosa del mundo– que creó una copa exclusiva para malbec argentino”, enumera Esteban Pérez Dacuña, creador de un canal online de temática vitivinícola llamado El Malbec TV.
Hay, además, dos aplicaciones para smartphones (una llamada Vinómanos y otra llamada Wine like) que “ayuda a los consumidores a elegir el mejor vino según la ocasión, la compañía, la comida y el precio”, agrega uno de los creadores de Vinómanos, el sommelier Joaquín Hidalgo.
Así, el malbec argentino pasó a formar parte de nuestra cultura: “Se ha convertido en un embajador, un imán que abrió las puertas a una nueva industria: en Mendoza ya hay hoteles de lujo que cuestan 1.000 dólares la habitación adonde vienen turistas sólo para degustar, hay gastronomía de alta gama y de comida típica vinculadas al buen vino y hay 2 millones de turistas que están llegando para hacer enoturismo”, agrega Pelleriti. “Mi vino más caro pasa 36 meses en una barrica y su madera es del año 1656. Por eso, cuando vendes una botella no sólo vendés vino: vendés cultura, vendés historia”.
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