Clarín 18 Jun 2015
Un poco de alivio a la crisis estructural de la fruticultura llegó ayer desde Brasil, ya que el gobierno nacional logró reabrir ese importante mercado para las peras y manzanas del Alto Valle, que estaba cerrado desde marzo pasado y afectó las exportaciones en plena cosecha. A cambio, la Argentina cedió a una exigencia brasileña y permitirá el ingreso de carne bovina de ese país, que hace rato es el principal exportador mundial del alimento.
El ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, fue quien hizo el anuncio que era muy esperado en las zonas productoras de fruta de pepita, ya que las exportaciones del sector en el primer cuatrimestre cayeron 29% respecto de 2014. “Es una noticia muy importante para Río Negro, Neuquén y Mendoza”, afirmó el funcionario al dar cuenta de negociaciones que, detrás de una pátina sanitaria, tuvieron un alto contenido político. La Argentina sostenía, por cierto, que la presencia en los embarques de una plaga llamada Carpocapsa, que detonó el cierre del comercio, no era superior a la de otras temporadas.
Brasil, según confirmó a la agen- cia Reuters un funcionario de Senasa, obtuvo un reconocimiento sanitario largamente reclamado a la Argentina: se aceptará que es un país con “riesgo insignificante” de padecer casos del mal de las vacas locas o BSE. Esto debería permitir en breve el ingreso al mercado local de bifes de Brasil, un país que ya exporta tanta carne vacuna como la que produce la Argentina.
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