lunes, 8 de julio de 2013

Un debate urticante: chau a la energía atómica

POR MARCELO CANTON – Clarin

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06/07/13 – Clarin

Alemania lo hizo: apagará todas sus centrales nucleares. La decisión se tomó luego de que, hace dos años, hubiera filtraciones de radiación en dos usinas atómicas de Fukuyima (Japón) luego de un maremoto. Otros países lo discutieron, pero no tomaron la misma decisión. Argentina, ¿está en condiciones de cerrar Atucha y Embalse? Según un estudio de ecologistas, con universidades y empresas privadas, sí. La discusión, claro, no es sencilla.
Los Verdes es una organización ecologista que busca participar en los debates de política medioambiental. Asesoran a la Capital en el programa Basura Cero. Están afiliando gente para convertirse en partido político en Santa Fe. Y el año pasado participaron de un estudio con la UBA y la Asociación de Generadores (AGEERA, dueños de las usinas), entre otras organizaciones. El objetivo: analizar las proyecciones de la energía argentina hasta el 2030. Concluyeron que el uso de energías alternativas tendría un costo similar a seguir creciendo con usinas convencionales. Pero hay más.
“Lo que concluimos es que perfectamente podemos apagar todas las usinas nucleares de aquí al 2020 y reemplazarlas por sistemas de generación más amigables con el medioambiente”, señala Juan Carlos Villalonga, presidente de la Junta Directiva de Los Verdes.
“Apagar” una usina nuclear significa, ni más ni menos, cerrarla. Dejar de usar la alternativa de la energía generada por la fisión del átomo. Fue un debate fuerte luego de Fukuyima. Muchos países desestimaron los planteos ecologistas. China hoy tiene 169 de las 432 centrales atómicas del planeta. India, 57. Rusia, 44. Y hay otras 67 unidades en construcción alrededor del mundo, según datos que se conocieron en el último encuentro de la industria nuclear, en Rusia, la semana pasada. Pero hubo quien decidió marcha atrás. Alemania por caso, en ese mismo encuentro ratificó que en 2022 dará de baja sus 17 centrales nucleares.
“Lo que hicimos en ese trabajo -continúa Villalonga- es proyectar cómo había que realizar las inversiones para abastecer la energía que necesitaría el país en las próximas dos décadas, de acuerdo a las previsiones de Cammesa. Cada uno programó de manera diferente las inversiones. AGEERA, por caso, proyectó hacia el futuro el mismo mix actual de usinas a gas, hidráulicas, atómicas. Nosotros propusimos un modelo sin energía nuclear. Y, a la hora de los resultados, el costo final de la energía resultó prácticamente el mismo: unos US$ 120 por Mvh”.
La propuesta de Los Verdes en ese trabajo fue reemplazar toda la energía nuclear por eólica. Dicen que el país tiene un enorme potencial al respecto, que es una tecnología muy probada en todo el mundo, y fácil de instalar. “En cambio, el ministro De Vido anunció en Rusia que construirán nuevas centrales nucleares, pero estas no podrán estar en funcionamiento antes del 2020”.
Para ese año, el 2020, la agrupación propone cerrar las actuales usinas. Sobre Embalse, que hay que actualizar el año próximo, dicen que no hay que invertir más en ella, y clausurarla. No terminar Atucha II, a punto de inaugurarse. Y Atucha I usarla hasta que termine su vida útil.
¿Es viable hacer esto? “El conflicto puede ser político -señala Villalonga-. Para los argentinos, muchas veces el desarrollo de la energía nuclear es parte de los valores nacionales, de la Patria”. Abrir el debate puede ser, para algunos, casi una traición a la Nación. Pero el mundo lo discute. Y si el plan nuclear argentino implica US$ 42.000 millones, mucho más que las reservas del BCRA, al menos la cuestión debe ser analizada. Aunque genere urticaria, ¿no?

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